A principios de los años sesenta del pasado siglo, al calor de necesidades tan elementales como agua potable y alcantarillado, luz eléctrica, colegios, centros de salud, vivienda digna, transporte público, pero también participación y democracia, nacen las primeras asociaciones vecinales en la región madrileña. Surgen del mismo barro de los poblados de casitas bajas y chabolas que en aquel momento rodean grandes urbes como Madrid y que acogen a trabajadores y trabajadoras que han abandonado las zonas rurales en busca de una vida digna y un futuro mejor. Del barro de esos asentamientos y de los barrios construidos para dar respuesta a ese éxodo rural, unos lugares que, más allá del ladrillo de los pisos, carecen de todo tipo de equipamientos y dotaciones públicas.
Zonas de la capital como Palomeras y El Pozo del Tío Raimundo (Puente de Vallecas), Cárcavas (Hortaleza), Puerto Chico (Latina), Barajas, San Nicolás (Villaverde) o San Juan Bautista (Ciudad Lineal) alumbran las primeras asociaciones vecinales, grupos de vecinos y vecinas que, usando muchas veces los locales parroquiales, comienzan a organizarse aprovechando las escasas grietas de libertad que les deja el tardo franquismo.
En 1964 se aprueba la Ley de Asociaciones, una norma que abriría el camino para futura legalización de las entidades vecinales. La mayoría de estos colectivos, así como la organización que las agrupa, la entonces Federación Provincial de Asociaciones de Vecinos de Madrid (precursora de la FRAVM), no consigue su legalización hasta 1977, pero la habilidad de una de las abogadas de la Asociación Vecinal de Palomeras Bajas, Paca Sauquillo, logra que esta sea reconocida por la administración en 1968. Las autoridades franquistas legalizan la agrupación vecinal de este barrio de Puente de Vallecas el 27 de noviembre de ese año, fecha que marca el origen “oficial” del movimiento vecinal madrileño.
Entre 1968 y 1970 se crearon otras veinte asociaciones en barrios populares de Madrid como Moratalaz, Orcasitas, San Blas o Puente de Vallecas, y en municipios como Alcalá de Henares, San Sebastián de los Reyes, Leganés y Getafe. Desde ese momento el crecimiento del movimiento vecinal en la región será imparable, así como sus hitos y conquistas. Nuestros barrios y municipios están llenos de sus huellas. Detrás de una biblioteca, un colegio, una línea de autobús, una parada de Metro o de tren, un centro de salud, un hospital, un parque o una barriada entera de viviendas muchas veces se halla el empuje del movimiento vecinal. Y también detrás del cierre de instalaciones peligrosas para la salud, o de normas que regulan derechos, libertades y mecanismos públicos como la participación ciudadana.
A pesar de las incontables conquistas de estos 50 años, siguen creándose asociaciones vecinales, no solo en los nuevos desarrollos urbanísticos, sino también en lugares ya asentados. De hecho, la FRAVM, que hoy cuenta con 280 colectivos federados, no ha cesado de crecer en los últimos años, adaptándose a las nuevas realidades y forjando nuevos retos, entre los que destacan el sempiterno derecho a la vivienda para toda la población, la igualdad de género o la lucha contra el cambio climático y por el medio ambiente.
Para celebrar este medio siglo de vida del movimiento vecinal, y después de que la Asociación Vecinal de Palomeras Bajas festejase su rica trayectoria el pasado mes de julio en Puente de Vallecas, la FRAVM organiza un sencillo acto el próximo sábado, 24 de noviembre, en el Real Conservatorio de Música de Madrid. Desde las 20:00, miembros de todas las asociaciones vecinales de la región se darán cita en la calle Santa Isabel, 53, donde compartirán un ágape y podrán disfrutar de la actuación del Coro de Laurines de Hortaleza. El presidente de la FRAVM, Quique Villalobos, y el delegado del Área de Coordinación Territorial y Cooperación Público Social del Ayuntamiento de Madrid, Nacho Murgui, que también fue presidente de la federación, serán los encargados de dar la bienvenida al evento. Para asistir al evento, es necesario preinscribirse a través de la Secretaría de la FRAVM.
Espacio Vecinal Paco Caño
Pero, ¿por qué la FRAVM ha elegido un coro para amenizar el encuentro? La razón es sencilla. La organización aprovechará la celebración del 50 aniversario del movimiento vecinal para poner en valor la figura de uno de sus presidentes y persona clave en la historia de ese movimiento, Paco Caño. Amante de la buena música y de la literatura, Caño impulsó durante años el Certamen de Coros de Villa Rosa, su barrio, el lugar al que dedicó la mayor parte de su vida.
Antes del encuentro en el Real Conservatorio de Madrid, en el que podremos ver a representantes vecinales de tres generaciones, no muy lejos de allí tendrá lugar otro acto en el que participarán personas que tuvieron algún vínculo con Paco Caño, en primer lugar su familia y las y los miembros de la Asociación Vecinal Villa Rosa de Hortaleza. A las 18:00 la FRAVM inaugurará el Espacio Vecinal Paco Caño, un centro social que tiene el objetivo de fomentar la formación, la memoria, el debate y la reflexión en los movimientos sociales en general y en el movimiento vecinal en particular. El nuevo espacio se ubicará en la sede que la federación tiene en la calle San Cosme y San Damián, 24, y que desde hace más de 30 años sirve de lugar de encuentro y oficina multiuso de todo tipo de colectivos sociales. El Espacio Vecinal Paco Caño mantendrá esta importante función, y además de albergar la Escuela Vecinal de la FRAVM, su archivo así como parte de sus Servicios de Dinamización Vecinal (SDV) y de Dinamización de Empleo (SDE), continuará acogiendo a entidades como la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), la Confederación Estatal de Asociaciones Vecinales (CEAV), la Mesa en Defensa de la Sanidad Pública de Madrid-Marea Blanca, Psicología Comprometida, la Carta Contra el Hambre y la Asociación de Viandantes A Pie, entre otras. Por las reducidas dimensiones del espacio, el acceso al acto de inauguración del Espacio Vecinal Paco Caño está reservado a un pequeño número de personas.
Paco Caño dedicó incontables horas de su vida a coordinar e impulsar San Cosme y San Damián, 24 como espacio de encuentro, y en sus salas creó el archivo de la FRAVM, una pequeña biblioteca y centro de documentación sobre las asociaciones vecinales. Fallecido el 18 de abril de 2016 a los 69 años, Caño ha dejado una huella en el este movimiento imposible de borrar.
Ligado toda su vida a Hortaleza y a su barrio, Villa Rosa, cuyo parque lleva hoy su nombre, Paco Caño organizó el 12 de marzo de 1976 la primera manifestación autorizada en Madrid tras la muerte del dictador Franco, una marcha vecinal por el asfaltado de la carretera de Canillas. No será el único hecho en el que fue pionero. Luchador incansable por el derecho a techo, impulsó con enorme éxito las primeras cooperativas vecinales de vivienda protegida. Su huella se halla en promociones de Hortaleza, San Blas y Fuencarral-El Pardo.
La AV Villa Rosa fue una de las veinte entidades que en 1977 dio vida a la FRAVM legalizada. Vinculado desde aquellos primeros años a la “Fede”, el 10 de enero de 2005 reemplazó al histórico Prisciliano Castro como presidente de la entidad, cargo que ocuparía hasta el 23 de mayo de 2007, cuando cedió el testigo a Nacho Murgui. Durante su mandato, con el acuerdo de las asociaciones vecinales, el Consistorio de la capital desarrolló importantes Planes Especiales de Inversiones y Actuaciones en barrios desfavorecidos de distritos como Villaverde, Puente y Villa de Vallecas, San Blas, Vicálvaro, Tetuán, Carabanchel y Latina. Gran impulsor de los huertos urbanos comunitarios, al frente de la Comisión de Medio Ambiente y Consumo de la FRAVM trasladó a las asociaciones vecinales las visiones y demandas del ecologismo social.
Caño compaginó su activismo ciudadano con su militancia sindical en CCOO y política en el PCE e IU, además de ser patrono de la Fundación Abogados de Atocha.
Además del acto del sábado, con objeto de festejar el medio siglo de vida de las asociaciones vecinales de Madrid, el pasado 5 de abril la FRAVM organizó un emotivo debate-concierto con el cantautor Luis Pastor. Amenizado por la periodista de la Cadena Ser Elena Jiménez, contó con la participación de la persona más joven de la junta directiva de la FRAVM, Silvia González, y del que fuera 17 años su presidente, Prisciliano Castro. Ambos volverán a encontrarse el próximo 24 de noviembre en el Real Conservatorio de Madrid.