Cada mañana los vecinos del Ensanche de Vallecas exclaman “tengo una corazonada”. Cualquiera de ellos, al abrir la ventana para dejar pasar la luz, escuchar el canto de los pájaros y llenar de aire fresco la habitación lo que experimentará –tristemente- será un verdadero puñetazo en las narices, un penetrante y desagradable olor que inunda la calle, la casa y la alcoba. La práctica certeza de que “hoy también olerá” es un tema de conversación común en las calles del barrio, a la puerta de los colegios y en los supermercados.
La inquietud vecinal es tal que la Asociación PAU de Vallecas lo está siguiendo y gestionando desde su comisión de Medio Ambiente. Fueron tantos los comentarios recibidos en su foro virtual de vecinos, que la Asociación tuvo la iniciativa de crear en noviembre de 2008 un formulario para recoger datos acerca de este problema cotidiano.
Los vecinos y vecinas que envían quejas al Ayuntamiento reciben desde hace años una carta tipo en la que se afirma que los olores proceden de vertidos ilegales a la vez que se insiste en que se está trabajando en modernizar las plantas de Valdemingómez. La realidad, indica la asociación vecinal, es que los olores siguen igual, y los vecinos continúan registrándolos cada día que los sufren. Una carta de esta entidad ciudadana ni siquiera ha sido contestada por el Ayuntamiento. En ella se pidió sobre todo información. Ahora los vecinos exigen que se gestione el complejo medioambiental de forma más profesional, ya que son ellos los primeros a los que llega el resultado de la mala gestión: un olor a veces insoportable.
En estos momentos la Asociación PAU-Ensanche de Vallecas dispone de suficientes registros como para analizar las zonas y horarios más afectados, así como la intensidad percibida. En su opinión, el siguiente paso lógico sería realizar una valoración olfatométrica encargada a una empresa especialista independiente, algo demasiado caro para una entidad tan modesta. Por ello, han puesto toda esta información en conocimiento de la Junta Municipal de Villa de Vallecas, instándola a realizar el estudio olfatométrico, aunque por el momento no han obtenido respuesta.
Hace unos días concluyó su visita la delegación del Comité Olímpico Internacional encargada de valorar la candidatura de Madrid a los Juegos Olímpicos de 2016, y uno de los lugares examinados fue el futuro Parque de la Gavia, donde se ubicará el canal de aguas bravas. Los vecinos y vecinas del Ensanche decían tener también “una corazonada”, la de que estos días tan singulares y como por arte de magia, el aire estaría limpio. Nada puede enturbiar a un Madrid que quiere ser olímpico. ¿O sí?