El movimiento vecinal se moviliza en defensa del caso histórico de la ciudad complutense

En virtud de los planes del nuevo alcalde de Alcalá de Henares, la plaza de Cervantes contará con un aparcamiento subterráneo y con varias vías de tránsito para vehículos. Los vecinos lo califican como un atentado contra el Patrimonio de la Humanidad.

El anuncio, hecho público por el nuevo alcalde de Alcalá de Henares, Bartolomé González, de la construcción de un aparcamiento subterráneo y de varias vías de tránsito de vehículos en la Plaza de Cervantes ha levantado ampollas. Y muchas. La ejecución del proyecto supone “el desmantelamiento de una parte del Patrimonio de la Humanidad”. Así de contundentes se manifiestan las entidades vecinales y ciudadanas que han constituido la Coordinadora de Asociaciones y Colectivos de Alcalá de Henares con el objeto de paralizar tamaño despropósito. Hasta el momento, la recogida de firmas y las concentraciones convocadas en defensa de la plaza han logrado activar la sensibilidad de los vecinos. No en vano, la Plaza de Cervantes es el centro de la ciudad desde que el Cardenal Cisneros fundó la Universidad Complutense en 1499, declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO en 1998. El asunto ya está en manos de Michael Petzet, presidente de ICOMOS, el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios de la UNESCO, a quien han remitido una carta en la que le comunican que, aun coincidiendo con el Ayuntamiento “en el propósito de minimizar la circulación de automóviles en el recinto histórico y en la necesidad de habilitar zonas de estacionamiento”, las entidades firmantes consideran que “estos aparcamientos no deben ubicarse en el interior del centro histórico sino en su borde exterior, pues sólo así es posible reducir de manera efectiva la entrada de automóviles en las calles de la ciudad antigua”.

También la ley parece estar de su parte. La normativa urbanística de la localidad complutense –el Plan Especial de Protección, aprobado en 1998 como requisito previo para la declaración de Patrimonio Mundial- prohíbe taxativamente las construcciones en el subsuelo de la plaza de Cervantes y contempla que, cualquier cambio legal que redujera el grado de protección de esta plaza iría en contra del espíritu de la declaración de Patrimonio Mundial.

La presión vecinal parece dar sus primeros frutos. En una entrevista concedida por el alcalde, Bartolomé González, al diario electrónico Madridiario poco después de que fuera elegido sucesor del socialista Manuel Gregorio Peinado, el informe del ICOMOS “podría retrasar”, pero no paralizar la puesta en marcha del aparcamiento. “Garantizo que en esta legislatura el aparcamiento se pondrá en marcha, aunque no acaben las obras”. Poco tiempo después y, según la Plataforma , el regidor “ha firmado que va a consultar a la UNESCO y a ICOMOS sobre la conveniencia de estas obras y se ha comprometido a no realizarlas si este organismo recomienda no llevarlas a cabo”. Por ello y, ante la sensibilidad vecinal contraria al proyecto, las entidades firmantes han solicitado, “tanto al presidente como a los demás componentes del Comité Consultivo del ICOMOS que tengan en cuenta nuestra opinión y la de muchos otros ciudadanos de Alcalá de Henares y, en consecuencia, se pronuncien en contra cuando el Ayuntamiento de nuestra ciudad les consulte sobre su proyecto de aparcamiento subterráneo y soterramiento de tráfico en la plaza de Cervantes de Alcalá de Henares”. Ahora falta que el organismo que tiene por lema “La memoria de los lugares: preservar el sentido y los valores inmateriales de los monumentos y sitios” tenga en cuenta, no sólo la riqueza del centro urbano de la ciudad, sino también el sentir de la ciudadanía alcalaína con respecto a la antigua Complutum de los romanos.

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