Desde que hace unos dos años y medio RENFE, alegando razones económicas, prescindió de los agentes ferroviarios que velaban por la seguridad de la estación, los vecinos y vecinas carecen de un sistema de protección que avise del paso de los trenes. Los usuarios están obligados a cruzar las vías para acceder al andén, un paso único que no dispone de ningún tipo de dispositivo de alerta. Por ese lugar transitan a diario numerosos trenes de largo recorrido y de mercancías a gran velocidad. El pasado 5 de diciembre, alrededor de las 22 h, uno de esos convoyes arrolló a la vecina de Zarzalejo Mari Luci Suasnabar, instantes después de que se apease en la estación del pueblo de un tren de Cercanías. Al cabo de 45 minutos, fallecía en ese mismo lugar. Tras esta muerte, la asociación vecinal El Castaño inició una recogida de firmas y organizó, con el apoyo de otras entidades ciudadanas de la zona, una concentración de protesta a la que asistieron varias decenas de personas.
A la movilización pronto se sumaron las asociaciones vecinales El Pinar y La Machota y los colectivos de mujeres Flor de Lis y la Asociación de Mujeres de Zarzalejo, los cuales temen, tal y como han hecho saber a las administraciones con una carta, que lo que le ocurrió a Mari Luci “pueda repetirse fácilmente, ya que cualquier persona con el ruido del tren del que acaba de bajarse, y tapada la visibilidad por este, corre el mismo peligro”. “Esta muerte no se hubiera producido si se contara con medidas de seguridad imprescindibles”, sostienen, que además subrayan el estado de deterioro en el que se encuentran las instalaciones ferroviarias. Asunción Calero, presidenta de la asociación El Castaño, afirma que apoyarán cualquier solución que aporte seguridad a los viajeros: “puede ser un semáforo, una pasarela, un paso subterráneo, un factor [agente ferroviario], lo que sea, aunque no corresponde a los vecinos decidirlo sino a los técnicos”.