Desde hace varias semanas, los usuarios y usuarias de esa parada, la última de la línea, se ven obligados a usar las escaleras (mecánicas o convencionales) para poder salir del suburbano y acceder al centro hospitalario. Un cartel luminoso sobre la puerta del elevador se lo recuerda a diario: “Fuera de servicio”.
“Llevamos casi dos meses sin ascensor para poder subir desde el andén, lo que significa que los pacientes con movilidad reducida, especialmente los que llevan silla de ruedas, no pueden coger el metro para llegar al hospital, tienen que hacerlo en taxi o coche particular”, se queja Eloy Rodríguez, presidente de la Asociación Vecinal Parque Henares, que junto a la Asociación Vecinal Jarama de San Fernando de Henares, la Coordinadora de Asociaciones Vecinales de Coslada, la Plataforma por la Sanidad Pública del Henares y la Asociación Coslada Accesible ha solicitado una reunión urgente con el consejero de Transportes, Vivienda e Infraestructuras para buscar una solución al problema.
La estación dispone de otro ascensor, que da servicio al andén de los trenes que salen en dirección a Pitis, por lo que los vecinos y vecinas se preguntan si no sería posible usarlo también para los convoyes de llegada a la estación. “Tiene que haber una solución técnica para que esto sea posible, al menos hasta que se repare el ascensor, para lo que aún no nos han dado fecha”, indica el representante vecinal. El personal de Metro no solo no se atreve a hacer una estimación temporal de la reparación sino que ha adelantado que dentro de poco la estación deberá cerrarse varios meses para que, ¡una vez más!, se realicen trabajos de consolidación con la instalación de nuevos pilones de hormigón.
“Si no recibimos respuesta a la petición de reunión y no hay una inmediata solución del problema del ascensor, haremos una llamada a toda la ciudadanía para movilizarnos”, advierten las entidades citadas.
Su hartazgo viene de lejos. No en vano, sus vecinos y vecinas a diario deben usar la línea que ha sido calificada como “la mayor chapuza de la historia del metro”, un auténtico “fiasco” que cada año cuesta a las arcas públicas millones de euros en reparaciones y obras de consolidación. Y es que la 7B, el Metro Este, se hunde poco a poco desde que el mismo momento en que fue inaugurada, hace ahora doce años. Abierta con prisas, poco antes de las elecciones autonómicas de 2007, la Comunidad de Madrid se vio obligada a realizar trabajos en ella en 2008, 2010, 2012, 2013 y 2014, antes de cerrar durante más de un año en 2015 el tramo comprendido entre las estaciones de La Rambla y Hospital del Henares. El año pasado, esta parte volvió a clausurarse tres meses por tareas de impermeabilización y más de 200 viviendas de San Fernando de Henares, además de diversos equipamientos públicos de la localidad se han visto afectados por grietas de diversa magnitud y otros desperfectos que tienen su origen en los movimientos de tierra que genera el suburbano.