Prisciliano Castro, Medalla de Oro de Madrid

Esta mañana, con ocasión de la celebración del patrón de la capital, Prisciliano Castro, compañero de la A.V. Avance de Moratalaz y presidente de la FRAVM durante 17 años, ha recibido del Ayuntamiento de Madrid su máxima distinción, la Medalla de Oro de la ciudad.

Prisciliano Castro, Medalla de Oro de Madrid
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Esta mañana, la Sala de Cristales del Ayuntamiento de Madrid ha servido de escenario a la entrega de las Medallas de Oro de la Ciudad, la más importante distinción que otorga la corporación municipal en reconocimiento a las personas que han contribuido a la prosperidad y el bienestar de los ciudadanos.

Este año, el Ayuntamiento en pleno ha decido conceder el galardón a Prisciliano Castro, el deportista Rafel Nadal y el empresario Adrián Piera.

Tras la imposición de la medalla, el alcalde Ruiz Gallardón ha señalado que Prisciliano Castro encarna “el imperativo de justicia social”, ‘la memoria viva de la lucha vecinal’ y es ‘referencia de rigor, autenticidad y sentido práctico’. Recordó que Castro llegó a Madrid en los años sesenta y vivió durante más de diez años en el poblado chabolista de Pozoblanco. Allí empezó su compromiso con el movimiento vecinal. Ruiz-Gallardón ha destacado la capacidad de dialogo del que fuera presidente de la FRAVM durante 17 años, una virtud que le ha permitido hacer fructífera la reivindicación mediante el acuerdo con las Administraciones y ha confesado que “para mi es un honor personal y no sólo institucional haber colaborado estrechamente con Prisciliano Castro en el desarrollo, desde la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento, de los planes de inversión que ha equilibrado el paisaje urbano y social de los ocho distritos que más lo precisaban”.

Tras agradecer la concesión de la medalla y reconocer que es más difícil “estar aquí y ahora que ahí fuera montándosela al alcalde”, Prisciliano Castro ha aclarado que la distinción y el reconocimiento es para todo el movimiento vecinal, “porque yo nunca he hecho nada solo” en la batalla por la transformación de las condiciones de vida de los madrileños. Prisciliano ha recordado que el sur de Madrid en el que arraigó tras emigrar de su Talayuela (Cáceres) natal junto con los miles de personas que, como él desertaron “de la España de los inocentes”, ha sido objeto de una notable transformación gracias al impagable trabajo de las asociaciones vecinales: “donde hace treinta años había más de 40.000 chabolas, hoy hay viviendas dignas, parques y Metro. Pero –ha reconocido- aún queda mucho por hacer”. Por eso, ha animado a los dirigentes vecinales a seguir luchando por sus ideales y por un futuro más digno para la ciudad y ha dado las gracias al alcalde ‘por la consideración y el respeto que siempre ha tenido por mi persona’.

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