Más de 20 organizaciones de muy distintos ámbitos han unido sus esfuerzos para denunciar el paquete de medidas que constituyen la reforma energética que promueve el Gobierno, por la que las nuevas tarifas eléctricas aumentan la parte fija de la factura, que no depende del consumo del usuario. Se trata de una medida cuyo único fin es aumentar los ingresos de las compañías eléctricas y que va en contra del ahorro y la eficiencia energética, ya que los esfuerzos por ahorrar en consumo de electricidad no se ven reflejados proporcionalmente en la factura. La reforma también cierra el paso a la posibilidad de que los consumidores ahorren a través de la producción de su propia energía, algo que es cada vez más económico gracias a la reducción de costes de las energías renovables.
Lo que la medida del Gobierno no ha tenido en cuenta es que en muchos domicilios la potencia contratada es mayor de lo necesario por lo que, ahora que el “término de potencia” es el más caro, los ciudadanos que quieran pagar menos pueden hacerlo simplemente revisando su factura y bajando la potencia contratada para adecuarla a sus necesidades reales de consumo. En este sentido, el consumo de un hogar promedio al año en España, según el Instituto para la Diversificación y el Ahorro de Energía (IDAE), es de 3.487 KWh. Teniendo en cuenta dicho consumo, el ahorro de una familia (en la tarifa de último recurso, TUR) por bajarse un tramo la potencia sería de 52,14 €/año, por dos tramos 104,29 €/año y por tres 156,43 €/año.
La iniciativa Bájate la potencia quiere facilitar esa acción para que la realice el mayor número posible de ciudadanos, con lo que los ingresos esperados por las compañías eléctricas bajarían en vez de subir, dando así al traste con las previsiones económicas de la Reforma Energética del Gobierno.
La reforma únicamente complace y favorece a las grandes compañías eléctricas y con ella se pretende perpetuar un modelo obsoleto basado en los combustibles fósiles y la peligrosa energía nuclear, frenando las energías renovables y la generación y uso eficientes de la energía. Es necesaria una reforma que elimine las barreras que obstaculizan el ahorro, la eficiencia y el empleo de energías renovables. Éstas últimas son las menos contaminantes y las más baratas ya que se obtienen a partir de fuentes limpias e inagotables y, al producirse en nuestro país, evitan los costes de importación.
Si se aprueba esta reforma, que se enmarca en una ley que actualmente se tramita en el Congreso, aumentará aún más el número de familias en “pobreza energética”, que son aquellas que en España no pueden pagar sus facturas eléctricas.