La FRAVM, coherente con la postura mantenida a lo largo de estos años, reitera su oposición a un modelo basado en el cemento que, como el del Ministerio y la Comunidad de Madrid, alienta grandes infraestructuras cuya construcción y puesta en marcha generan nocivos efectos para el medio ambiente y corren en contra del bienestar de los vecinos y vecinas que las sufren. La organización no considera de recibo que los gobiernos central y regional centren gran parte de su política de reactivación del empleo en el desarrollo de este tipo de macroproyectos, que cosechan tanta oposición ciudadana. Además, pide que en todo momento se tenga en cuenta el parecer de los vecinos y vecinas afectadas, así como transparencia informativa. En este marco, la organización ciudadana solicitará de inmediato una reunión con los responsables de Fomento.
Si algo han conseguido las propuestas de cierre de la M-50 y el aeropuerto de El Álamo es crear una oposición mayoritaria en las poblaciones afectadas. La FRAVM, que junto con otras organizaciones sociales, políticas y ciudadanas forma parte de la Plataforma contra el cerramiento del tramo Norte de la M-50, ha registrado numerosas alegaciones a este proyecto. Y es que, de llevarse a cabo, destruirá parajes de alto valor natural (como el parque Forestal El Retamar), infraestructuras recientemente construidas, amenaza espacios protegidos, zonas escolares y deportivas y pasará a escasos metros de miles de viviendas ya afectadas por la contaminación acústica generada por los sobrevuelos de los aviones procedentes de Barajas. La FRAVM advierte, asimismo, que lejos de reducir los atascos que se producen en la M-40, como pretende hacer creer la Comunidad de Madrid, el cerramiento de la M-50 puede agravar los colapsos que diariamente se producen en la A-,1 propagando las retenciones a las vías que la conectan (M-40, M-30, etc).
Por otro lado, 50 asociaciones de vecinos, partidos políticos y entidades del Sur de la región, entre las que se encuentra la FRAVM, llevan meses reclamando información a la Administración sobre el proyecto de construcción de un nuevo aeródromo para vuelos privados y compañías de bajo coste en el municipio de El Álamo. Los vecinos y vecinas de la zona, que ya han entregado en Fomento más de 8.000 firmas contra el proyecto, se oponen a una infraestructura que se calcula que afectará (con problemas de ruido y otros) a unas 100.000 personas de las localidades madrileñas de Navalcarnero, El Álamo, Batres, Casarrubios, Arroyomolinos y Móstoles y de una zona de Castilla La Mancha. El vecindario sostiene que el proyecto sólo responde a intereses empresariales y no a los de los habitantes de las comunidades autónomas concernidas.
Respecto a la extensión de la red de Cercanías, la FRAVM espera conocer cuanto antes los detalles de la propuesta que manejan el Ministerio y la Comunidad, aunque siempre verá con buenos ojos la ampliación -sostenible- de este servicio público. Las asociaciones vecinales llevan muchos años defendiendo que la red se amplíe, como mínimo, a todos los municipios de la región de más de 20.000 habitantes y que los vecinos y vecinas de los pueblos del Corredor del Henares dispongan de un enlace directo con el Norte de la capital -la estación de Chamartín-, evitando, como sucede actualmente, tener que pasar por Atocha. Por otro lado, la federación reitera su reclamación de que el Cercanías se integre en el Consorcio Regional de Transportes de la Comunidad de Madrid.
La sorpresa de la federación también tiene que ver con la ausencia, en el encuentro de esta mañana, de algunos temas sensibles como la ampliación de la M-40 o el funcionamiento de la principal infraestructura aeroportuaria del Estado, Madrid-Barajas. En este marco, la FRAVM vuelve a expresar su rechazo al plan de ampliación de la circunvalación M-40 y solicita, como demandan los vecinos y vecinas de distritos como Villaverde, Puente de Vallecas, San Blas y Carabanchel, el soterramiento de la vía a su paso por las zonas más pobladas con objeto de reducir la contaminación atmosférica y acústica. En su defensa por el transporte público propone asimismo implantar el BUS-VAO o carriles-bus en todas las entradas a la capital.
Por último, coherente con la línea mantenida en todos estos años y en sintonía con las asociaciones vecinales del entorno aeroportuario, que han mantenido una dura y larga lucha contra la contaminación acústica de Barajas y su expansión ilimitada, la Federación vuelve a reclamar el cierre nocturno del aeródromo. El pasado 9 de febrero, la entidad, que puntualmente ha presentado sus alegaciones a las sucesivas huellas acústicas del aeropuerto de Barajas, pidió la retirada del último mapa estratégico de ruido ‘actualizado’ toda vez que no recoge ninguna sugerencia de la ciudadanía y ni siquiera cumple las determinaciones establecidas por el Congreso de los Diputados. Solicitó, además, la modificación de los órganos de seguimiento y control del aeropuerto para garantizar la participación directa y efectiva de los ciudadanos afectados, de los técnicos, compañías y de todas las administraciones implicadas.