Desde el puente de los Franceses hasta el nudo Sur de la M-30 se extiende un estrecho parque a ambos márgenes del río Manzanares, que le da nombre: es el parque lineal del Manzanares, una vasta extensión de terreno que durante décadas fue objeto no solo de olvido, sino de maltrato.
Las administraciones madrileñas decidieron regenerarlo, pero de las tres fases programadas, solo la primera fue ejecutada. Hoy, sobre las montañas y miradores que enterraban varias escombreras lucen sus hitos más importantes: la Caja Mágica del tenis, la Dama del Manzanares y el paseo de los Sentidos.
La segunda fase, que ocupa una extensión de 250 hectáreas ocupadas en parte por huertos y tierras de cultivo de los distritos de Villaverde y Villa de Vallecas, duerme el sueño de los justos. Esta zona conserva restos arqueológicos y vestigios naturales y geológicos de indudable valor cultural y paisajístico. Su regeneración contempla, entre otras actuaciones, el desmantelamiento de la depuradora de la China y, hasta la desclasificación de Madrid como sede olímpica, la construcción del centro de regatas.
Lejos de abordar la segunda fase de recuperación de lo que podría convertirse en uno de los mayores pulmones verdes de la capital, esta parte del parque ha sufrido la falta de atención de un Ayuntamiento hipotecado por una deuda millonaria.
La Asociación Vecinal Independiente de Butarque (AVIB) entregó un dossier con cien fotografías al Ayuntamiento en octubre del pasado año, una galería de imágenes que ilustra las consecuencias del abandono municipal. La alcaldesa, Ana Botella, respondió a sus reclamaciones alegando que “debido a limitaciones presupuestarias, en estos momentos, no se dispone de los recursos económicos necesarios para iniciar de forma inmediata buena parte de las actuaciones solicitadas”.
La cuestión es que este abandono puede dar lugar a problemas de seguridad, como se pudo comprobar este verano: a cuestión estética, sino de seguridad, tal y como se pudo comprobar este verano cuando un incendio afectó a una enorme extensión de terreno que pudo acabar con centenares de árboles, entre ellos los que habían plantado los vecinos de Butarque, en el distrito de Villaverde, para tratar de recuperar un espacio cercano a su barrio.
La pasada semana, la asociación presentó la enésima queja referida al tratamiento municipal del parque. En esta ocasión por las obras que se están realizando para la instalación de una barrera de seguridad que impida la entrada de vehículos al entorno natural a la altura de la calle del Zafiro y que impide el paso peatonal al mismo.