El pasado 23 de noviembre fue publicada en el Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid la orden por la que se somete a información pública el Avance de la Revisión del Plan General de Ordenación Urbana de Madrid (PGOUM), un documento que consta de 19 tomos y más de 6.000 páginas. En virtud de aquella, las personas y entidades interesadas pueden consultar el avance y presentar sugerencias y alegaciones hasta el próximo 31 de enero de 2014. A tenor de la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM), el plazo establecido es “demasiado corto’ para que los ciudadanos y ciudadanas de Madrid, así como las organizaciones sociales, sindicales y políticas, examinen la documentación sometida a información pública y, en su caso, elaboren y presenten las sugerencias que estimen oportunas. Por eso ha reclamado al consistorio de la capital, a través de una misiva que envió el pasado 2 de diciembre a la delegada del Área de Gobierno de Urbanismo y Vivienda, que prolongue el periodo de información pública hasta el 30 de septiembre de 2014.
El Avance de la Revisión del Plan General no es un documento cualquiera. No lo es por su volumen ni por su trascendencia. Sus 6.000 páginas son fruto del trabajo de más de dos años de varias decenas de especialistas. Y después de este esfuerzo, ahora, “en poco más de 60 días, ¿qué vecino o vecina podría hojear –no decimos leer y mucho menos estudiar- toda esa información y, a partir de ella, formarse una idea del presente de la ciudad y de los escenarios perspectivos? ¿Qué vecino o vecina –una vez hecho esto- estaría en condiciones de reflexionar sobre su propia idea de la ciudad y sus expectativas y deseos y formar una exposición de sugerencias que no sean meras ocurrencias?”, se pregunta en la citada carta el responsable de Urbanismo y Vivienda de la FRAVM, Vicente Pérez Quintana, antes de responder: “siendo optimistas, únicamente aquellas personas que hayan estado al tanto de los trabajos de la Revisión del PGOUM y que sean más o menos expertas en los temas urbanísticos podrán participar con criterios de alguna solidez. Al resto de la ciudadanía, es decir, a casi todos los madrileños y madrileñas, se le hurta esa posibilidad”.
Pero no es solo una cuestión de tiempos. “Aquí no se trata tanto de alargar el plazo para disponer, como si estuviéramos en el colegio, de más tiempo para preparar el examen. La Revisión de un Plan General de Ordenación Urbana entraña poner sobre la mesa nada más y nada menos que el modelo de ciudad en orden a decidir la configuración del espacio sobre el que se desenvolverán nuestras vidas en los próximos decenios. En el caso concreto de la Revisión del PGOUM de 1997 nos encontramos, además, con que se pretende asentar un nuevo patrón consistente en la vuelta sobre el Madrid ya existente, en lugar del patrón desarrollista hasta ahora dominante en la teoría y la práctica de la planificación urbanística”, asegura el representante vecinal.
En su argumentación para ampliar el plazo, la FRAVM alude una y otra vez a la importancia de la participación ciudadana en la definición de los asuntos públicos, algo que recoge ampliamente nuestro ordenamiento jurídico a través de normas como las leyes del suelo y, por encima, la propia Constitución Española. El plazo que ha marcado el Ayuntamiento es legal toda vez que respeta el mínimo de 30 días que establece el artículo 56 de la Ley del Suelo de la Comunidad de Madrid, pero, según la Federación vecinal, “es ilegítimo ya que en sesenta días es materialmente imposible examinar la documentación sometida a información pública y elaborar un cuadro riguroso de sugerencias”.
Para Vicente Pérez, mantener el plazo marcado no solo no es legítimo sino que tampoco es inteligente. “En la medida en que los vecinos y vecinas participan en la definición del modelo se sienten parte en la más extensa acepción de la palabra, es decir, se sienten protagonistas y se ilusionan en la creación del procomún. Que esta ciudad necesita proyectos compartidos con los que ilusionarse es prioritario dado el enorme abatimiento en que la han imbuido la crisis económica y moral y las políticas recesivas”, asegura.
Las revisiones del PGOUM de 1985 y 1997 se dieron en el marco de amplios procesos participativos. La última revisión, por ejemplo, llevó un largo periodo de información pública del Avance (cinco meses que fueron prorrogados), una exposición en el Museo de la Ciudad, actos informativos en las 21 juntas de distrito, centenares de reuniones con todo tipo de asociaciones, la edición de folletos y otro material divulgativo… La actual revisión empezó con una disposición muy favorable a la participación, tanto que en su momento fue saludada por la FRAVM. Sin embargo, la decisión de limitar el periodo de información pública a dos meses, con la Navidad en medio, contradice, a juicio de la entidad, aquella disposición.
“Sin duda, si el plazo no es alargado y si no se organiza y promueve un amplio debate sobre el nuevo planeamiento general de la ciudad, poniendo todos los medios necesarios para interesar a la ciudadanía, esta revisión será, con mucho, la menos participada de todas las que Madrid ha conocido desde la recuperación de la democracia en nuestro país, caso aparte la conocida como revisión exprés de los planes de 1985 y 1997”, concluye la FRAVM en la citada carta.