El glifosato es el herbicida más utilizado en el mundo. En España está presente en decenas de productos comercializados y se utiliza para eliminar vegetación en el sector agrícola y forestal y en el mantenimiento de carreteras, vías férreas, parques y jardines o instalaciones deportivas.
El 20 de marzo de 2015 la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC), dependiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), incluyó esta sustancia en su listado de agentes cancerígenos como probable cancerígeno en humanos.
En la actualidad, la legislación española acepta el uso del glifosato. En el municipio de Madrid es utilizado en el mantenimiento de parques y jardines en unas cantidades que se han multiplicado desde la entrada en vigor de los contratos integrales y la consiguiente disminución de plantillas, toda vez que han ido sustituyendo los procedimientos mecánicos de desbroce realizado por trabajadores por el uso del glifosato, una labor que puede realizar un único empleado.
Un número cada vez mayor de corporaciones locales están aprobando mociones para impedir la utilización de glifosato en su territorio o limitando su uso a determinadas actividades y en condiciones muy restrictivas. Es el caso de Navalafuente y Venturada.
Ante este gravísimo riesgo para la salud pública y la protección medioambiental, la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM) se reunió ayer con representantes de CCOO y de la Mesa para la Defensa de la Sanidad Pública (MEDSAP) para proponer la constitución, a partir del próximo mes de septiembre, de una plataforma para asegurar la retirada del uso del glifosato.
La federación vecinal interpelará en estos términos al Ayuntamiento de Madrid y al Ejecutivo autonómico y pedirá a este último que inste al Gobierno central, a través del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, a que modifique la legislación vigente para prohibir definitivamente el uso de esta sustancia en nuestro país.