La AV La Flor denuncia la consideración de las ”consultas de satisfacción” como un método de participación ciudadana

Durante varios días, las vecinas y vecinos del distrito de Fuencarral han tenido ocasión de rellenar un cuestionario de evaluación de diferentes aspectos del distrito en materia de vivienda, equipamientos, ruido, limpieza… un método que, a juicio de la AV La Flor, no puede confundirse con un ejercicio de participación ciudadana, menos aún cuando, por parte del Ayuntamiento, se imponen constantes trabas para el desarrollo de iniciativas ciudadanas y su participación en los espacios creados a tal efecto. 

La AV La Flor denuncia la consideración de las ”consultas de satisfacción” como un método de participación ciudadana
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El área de gobierno de Participación Ciudadana del Ayuntamiento de Madrid puso en marcha una “consulta directa” dirigida a la población residente o trabajadora del distrito de Fuencarral El Pardo que finalizó el pasado 6 de octubre. El cuestionario remitido pretendía evaluar su grado de satisfacción acerca de diferentes aspectos de la vida colectiva: vivienda, urbanismo, contaminación, ruido, limpieza, equipamientos, educación, servicios sociales, culturales, deportivos, etc.

La AV La Flor difiere de la consideración del Ayuntamiento de que esta metodología sea ‘la piedra angular de la participación ciudadana’. A juicio de la entidad vecinal ‘no es más que el decorado que pretende hacernos creer que el Ayuntamiento de Madrid ha desarrollado un modelo de participación para implicar a la ciudadanía en la toma de decisiones sobre asuntos públicos de interés general”.

En la práctica cotidiana de la ciudadanía organizada y de las iniciativas promovidas a nivel individual, la realidad, alegan, es muy distinta: ‘deniegan el permiso para que las asociaciones podamos difundir nuestras actividades y posicionamientos en mesas informativas y otros actos en la calle; para para que la ciudadanía podamosorganizar mercadillos de trueque que facilitarían la vida a muchas personas; para transformar espacios baldíos en huertos comunitarios; para organizar las fiestas de los barrios dificultando al máximo la posibilidad de tener casetas que ayudarían al mantenimiento de los locales autogestionados…’.

El denominado “órgano permanente de participación ciudadana”, el Consejo Territorial tampoco funciona como debería: ‘se interfiere en los procesos de elección de miembros con la finalidad de obtener siempre mayoría; no se facilita la información necesaria para que los miembros del consejo territorial puedan ejercer sus funciones y se mantiene una composición que prima a los vocales de los grupos políticos sobre las entidades ciudadanas y de la ciudadanía no organizada; se dificulta la participación en las cuestiones relativas al presupuesto municipal, impidiendo en la práctica que la ciudadanía decida la prioridad del gasto y las inversiones’.

Otras fórmulas anunciadas en el “modelo de participación”, como los consejos de participación de equipamientos, ni siquiera se han puesto en marcha desde la redacción del plan, hace nueve años.

La asociación denuncia que, además del ‘engaño’ que supone querer pasar la consulta como una acción de participación ciudadana, ha supuesto un gasto innecesario en una coyuntura marcada por los recortes derivados de la pésima gestión de un Ayuntamiento que ha gastado a millonarias partidas presupuestarias en acciones innecesarias como la remodelación del Palacio de Cibeles, Madrid-Río, las tres candidaturas olímpicas…

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