Especulatour: un viaje en autobús por el Madrid que no deseamos

Un centenar de activistas de la FRAVM, Ecologistas en Acción, la Plataforma por una Vivienda Digna, Laboratorio Urbano y Jóvenes de IU recorrieron ayer en dos autobuses algunos de los puntos más emblemáticos del modelo de desarrollo urbanístico que está haciendo de Madrid una región insostenible y cada vez más inhabitable.

Especulatour: un viaje en autobús por el Madrid que no deseamos
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La cita era a las diez de la mañana en la plaza de Castilla. A pesar de la lluvia, un centenar de activistas de las organizaciones que organizaron el Especulatour (la FRAVM, Ecologistas en Acción, la Plataforma por una Vivienda Digna, Laboratorio Urbano y Jóvenes de IU) llenaron los dos autobuses que, a lo largo de la mañana, les llevaron a cuatro puntos de la Comunidad de Madrid que dan cuenta del modelo de desarrollo urbanístico promovido por la administración regional y por algunas corporaciones locales: las cuatro Torres del Real Madrid, el PAU de Las Tablas (Fuencarral), Torrelodones, donde el Gobierno regional proyecta cerrar la M-50 en pleno Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares y El Álamo, localidad en la que el equipo de Esperanza Aguirre prevé construir un aeropuerto de uso privado. En cada una de las paradas, los activistas se dieron cita con las plataformas vecinales que reivindican en el territorio otro modelo de desarrollo urbano más sostenible y habitable. En total, casi medio millar de personas participaron en el Especulatour, cuyos organizadores ya “amenazan” con visitar otros puntos.

Bajo el lema “Especulatour: un viaje en autobús por un Madrid que no deseamos”, las organizaciones convocantes del acto pretendían llamar la atención sobre un modelo de desarrollo urbano cuyas consecuencias padecen millones de personas y favorece sólo a los intereses de algunas corporaciones empresariales.

La primera parada tuvo lugar a escasos 300 metros de la plaza de Castilla: en las conocidas cuatro Torres del Real Madrid, cuatro rascacielos que albergarán las sedes sociales de Caja Madrid, Sacyr Vallehermoso o la Mutua Madrileña que fueron edificados en una parcela de uso deportivo que fue recalificada por el Ayuntamiento de Madrid para permitir la construcción de las torres. Allí, Miguel Ángel Ordinas, de la A.V. La Flor (Fuencarral) denunció que “además de restarnos un paisaje verde de incalculable valor, las Torres del Real Madrid van a ocasionar unos problemas que no han hecho más que empezar: el Ayuntamiento de Madrid ha reconocido que no ha hecho ningún plan de movilidad para hacer frente al tráfico que generarán los 14.000 empleados que trabajarán en las torres y las furgonetas y camiones que se harán cargo de los suministros y el mantenimiento de estos gigantescos monstruos. Pero no acaban ahí los problemas urbanísticos y de movilidad de la zona –añadió. Está pendiente la llamada Operación Chamartín, que intensificará el bosque de edificios en una zona enormemente saturada de bloques y más bloques. Las Cuatro Torres no tienen solución, porque difícilmente vamos a conseguir que las desmonten. Pero la Operación Chamartín es una amenaza que todavía podemos conjurar con la movilización vecinal”.

De las Torres, los autobuses se dirigieron al PAU de Las Tablas, donde una representación de la Junta Directiva de la A.V. Las Tablas recibió a la comitiva. Lorenzo Álvarez, presidente de la asociación, enumeró las reivindicaciones de las vecinas y vecinos del PAU, directamente relacionadas con las consecuencias del modelo de desarrollo urbanístico que proyecta la construcción de “islas” sembradas de viviendas con escasa conexión con la ciudad consolidada. Álvarez denunció que “el Ayuntamiento de Madrid construye miles de viviendas sin planificar la construcción de equipamientos públicos ni espacios públicos de encuentro, infraestructuras necesarias para consolidar Las Tablas como una zona integrada en la ciudad. Las vecinas y vecinos necesitamos un centro de salud, un instituto de secundaria, un colegio público, escuelas infantiles públicas suficientes, comisarías de policía municipal y nacional, un polideportivo, accesos directos a las estaciones de cercanías, una biblioteca pública, un mercado, un centro cultural y un centro de mayores”. Álvarez agradeció a los viajeros del Especulatour su apoyo a las reivindicaciones vecinales y anunció dos convocatorias. Una recogida pública de firmas que se sumarán a las 6.000 recabadas para exigir la construcción de los mencionados equipamientos que tendrá lugar el próximo 10 de febrero y una concentración que coincidirá con la celebración del pleno de la Junta Municipal de Fuencarral, el 13 de febrero.

Desde Las Tablas, el Especulatour se dirigió a Torrelodones, donde una plataforma de colectivos ciudadanos está haciendo frente al proyecto del Gobierno regional de cierre de la M-50, que cerrará la autovía de circunvalación de la M-50 bajo el Monte de El Pardo, un espacio integrado en el Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares. “Lejos de defender los intereses del conjunto de la ciudadanía y las agresiones medioambientales provocadas por el Gobierno de Esperanza Aguirre –denuncian los colectivos- el ministerio de Fomento está trabajando en un proyecto alternativo, en este caso más al norte y en superficie, que provocará un impacto ambiental más brutal si cabe”. Los participantes recorrieron parte del municipio en un pasacalles al grito de “¡Espe-Espe, Especulación!” que finalizó frente al Ayuntamiento. Allí leyeron un comunicado, anunciaron futuras movilizaciones dirigidas a paralizar el cierre de la M-50 y se firmaron alegaciones individuales al Estudio Informativo y al Estudio de Impacto Ambiental de la variante de la Autovía del Noroeste A-6 a su paso por Las Rozas, otro proyecto que ocasionará agresiones irreversibles al Parque Regional, declarado Lugar de Interés Comunitario (LIC) e integrado en la Red Natura 2000 de la Unión Europea.

Al mediodía y, tras disfrutar de un opíparo tentempié ofrecido por los colectivos anfitriones, el Especulatour emprendió la marcha, rumbo a El Álamo. Allí les esperaban miembros de la Plataforma contra el Aeropuerto de Navalcarnero-El Álamo, una organización que ha coordinado un movimiento ciudadano sin precedentes en el entorno que se opone a la construcción de un aeropuerto de uso privado cuya huella sonora afectará a las vecinas y vecinos de El Álamo, Navalcarnero, Calypo, Arroyomolinos y Parque Coimbra, que habrán de soportar el ruido y la contaminación generadas por las 125.000 operaciones aeroportuarias anuales (un vuelo cada tres minutos). Los argumentos de Jesús Arribas, alcalde de El Álamo, no les convencen: “La presunta riqueza que esta infraestructura generará sólo beneficiará a los constructores del aeropuerto y los dueños de los jet privados que tendrán el `privilegio´ de utilizarlo. Tampoco generará nuevos puestos de trabajo porque las grandes empresas de construcción cuentan con plantillas de trabajadores que se desplazan de una obra a otra y, una vez construido, trasladarán a El Álamo el personal del aeropuerto de Cuatro Vientos”, advierten. Los “viajeros” del Especulatour firmaron una carta dirigida a los responsables de la consejería de Transporte e Infraestructuras de la Comunidad de Madrid pidiendo información de un proyecto que ocupará 320 hectáreas de suelo y que, según denuncian los portavoces de la Plataforma, “se está desarrollando bajo un secretismo que se explica por el miedo de los alcaldes de los municipios afectados a la lógica oposición vecinal que desataría el conocimiento público del proyecto”. Los viajeros volvieron a los autobuses entonando un “Una, dos y tres, si no nos hacen caso, volvemos otra vez” y dieron por finalizado el viaje a las tres de la tarde en la plaza de Castilla pensando, eso sí, en organizar una segunda edición del Especulatour.

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