Una nueva oportunidad perdida para reequilibrar la ciudad y avanzar en un modelo de urbanismo más humano y sostenible, un modelo que ponga en el centro a las personas residentes y no al ladrillo, es decir, al negocio, como por desgracia hace el proyecto Madrid Nuevo Norte que hoy tiene ya luz verde.
Es un pena que tantos meses de negociaciones en secreto entre las administraciones y las empresas privadas solo hayan servido para maquillar y hacer un poco más digerible el plan que el Consistorio presentó el pasado mes de julio. A tenor de las informaciones hechas públicas esta mañana, el nuevo proyecto contempla 400 viviendas menos y una pequeña rebaja en la edificabilidad, siendo en esencia calcado al anterior. Por eso, la FRAVM, como hiciera entonces, lo rechaza sin ambages, lamentando que el Ayuntamiento se haya plegado a los intereses del BBVA y del capital privado. No es de recibo que a pesar de que el 80% del suelo de la operación es de titularidad pública, su explotación se deje en manos privadas.
Y tampoco lo es que a pesar de la enorme demanda de vivienda social existente en la ciudad, que se traduce en una lista de espera de la Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo (EMVS) que hoy supera las 14.000 personas, solo el 20% de las viviendas contempladas en el plan cuente con algún grado de protección. En el Noreste sobran pisos y oficinas vacías y faltan viviendas públicas. La federación vecinal critica que el Ayuntamiento continúe con el modelo de concentrar en los distritos del Sur y Sureste la vivienda social y las infraestructuras y negocios más contaminantes, mientras reserva el Noreste para viviendas y oficinas de lujo. El espacio que Madrid Nuevo Norte destinará al sector terciario sigue siendo absolutamente desproporcionado para las necesidades de nuestra ciudad.
Por otro lado, más allá de la tomadura de pelo que supone que la losa de hormigón que servirá para cubrir las vías del tren compute como zona verde, las asociaciones vecinales del Norte siguen muy preocupadas por la enorme congestión urbana y de transporte que puede generar en la zona la ejecución de la operación, es decir, por la invasión de coches que sin duda generarán los nuevos moradores y los empleados de las empresas que se instalarán en el nuevo “distrito financiero”. Vehículos privados que sin duda provocarán más atascos y un incremento de los ya preocupantes niveles de contaminación atmosférica.
Recordemos que desde abril del año pasado el Consistorio tiene en sus manos un documento elaborado por la Plataforma Madrid Zona Norte y la FRAVM que recoge propuestas y demandas específicas de los barrios de la operación.
La Plataforma Zona Norte está compuesta por las siguientes entidades: AV La Flor del Barrio del Pilar, AV de Valverde, AV La Unión de Fuencarral, AV Familiar Ur del Poblado de Fuencarral, AV de Begoña, AV de Montecarmelo, Asamblea Barrio del Pilar 15M, AV Valle-Inclán de Prosperidad, AV Familiar San Cristóbal, FRAVM, Asociación de Propietarios Minoritarios y Afectados por la Operación Chamartín y Asociación para la Defensa del Estado Derecho (ADED).
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