Las asociaciones vecinales de La Elipa y Quintana apoyan la ocupación de El Dragón

Un grupo de activistas ocupó el pasado viernes un edificio que antaño albergó las viviendas de los trabajadores del cementerio de La Almudena para liberar un espacio para la juventud. Las asociaciones vecinales de La Nueva Elipa y La Merced del Barrio de Quintana apoyan el proyecto como una forma de denunciar que el Ayuntamiento de Madrid no cede espacios públicos para dar cauce a las inquietudes sociales y culturales de los más jóvenes.

Las asociaciones vecinales de La Elipa y Quintana apoyan la ocupación de El Dragón
Las-asociaciones-vecinales-de-La-Elipa-y-Quintana-apoyan-la-ocupacion-de-El-Dragon-1.jpg

El pasado viernes 3 de octubre, un grupo de activistas ocupó el edificio de viviendas de los antiguos trabajadores del cementerio de La Almudena, situado en el número 90 de la avenida de Daroca con el objetivo de “liberar un espacio para la juventud, para la gente trabajadora, para el barrio, para la ciudad, para todos y todas”, un espacio “abierto para tejer redes de participación y creación colectiva, para el encuentro de quienes habitan el barrio desde siempre y las y los nuevos vecinos”. Los ocupantes quieren poner en marcha un proyecto “que recupere el espacio público frente a la vorágine privatizadora, que cree alternativas a un modelo social y económico en crisis”.

Félix de Dios, representante de la AV La Nueva Elipa, señala que “hace unos meses IU recogió una demanda vecinal y pidió al Ayuntamiento de Madrid que destinara este espacio a la creación de un centro cívico para uso y disfrute sobre todo de los más jóvenes, que no tienen ningún lugar donde reunirse y desarrollar sus actividades, además de los locales de las asociaciones vecinales, pero nos dijeron que van a construir allí un columbario. Estamos interesados también en el uso de un local situado en el número 50 de la calle Maria Teresa Sáenz de Heredia que antes fue un centro juvenil, después se convirtió en un centro para inmigrantes y ahora no sabemos exactamente para qué se utiliza. Sabemos que hay una trabajadora y un guardia de seguridad pero entendemos que es un espacio infrautilizado en un distrito en el que los colectivos juveniles interesados en promover actividades culturales no tienen dónde llevarlas a cabo. No puede ser que, por un lado el Ayuntamiento de Madrid esté privatizando los centros culturales y, por otro, criminalizando a los más jóvenes por hacer botellón en la calle si no les ceden espacios donde dar cauce a sus inquietudes sociales y culturales. Por eso apoyamos la ocupación como una manera de llamar la atención sobre la falta de espacios públicos abiertos al uso de la ciudadanía”.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Archivo