Desde julio de 2007, las aulas, los pasillos y sobre todo el patio de un antiguo colegio situado en la calle del Acuerdo, número 8 (barrio de Universidad) están de nuevo llenos de vida. Después de años de abandono por parte de la empresa propietaria (Arnáiz Consultores), la decisión de una multitud de personas y colectivos sociales hizo posible que entre sus paredes comenzara a cobrar vida un centro social abierto a la ciudadanía, de gestión colectiva y participativa. Así, con el aliento de la VI Semana Semana de Lucha Social “Rompamos el Silencio” y de otros movimientos sociales de la ciudad, nacía El Patio Maravillas.
El Patio se convirtió desde ese momento en un espacio de encuentro, reflexión, creación y producción social no mercantilizada, para cientos de personas del barrio de Malasaña y de toda la ciudad de Madrid.
Durante estos ya más de diez meses, El Patio se ha convertido en un auténtico equipamiento social en el que han tenido lugar infinidad de actividades (conciertos, exposiciones, talleres, proyecciones, conferencias, encuentros…) desde la reflexión política compartida en torno a los diferentes conflictos que atraviesan nuestras vidas: trabajo, urbanismo, vivienda, género y feminismo, diversidades sexuales, medio ambiente, cultura, migraciones, participación política, derechos y libertades…
Durante este tiempo, la Asamblea Ciudadana del Barrio de Universidad (ACIBU), la asociación vecinal de la zona, se ha venido reuniendo en sus aulas dado que no tiene sede y el barrio adolece de los necesarios equipamientos públicos. También la FRAVM ha organizado y participado en no pocas actividades en este espacio vivificador de la participación ciudadana que ahora se enfrenta a una amenaza de desalojo.
Esta mañana, Nacho Murgui, presidente de la FRAVM, ha acompañado a miembros de El Patio a los juzgados de Plaza de Castilla para acompañarles en el acto de entrega de 150 autoinculpaciones dirigidas a intentar evitar el desalojo de este espacio de encuentro liberado de la lógica mercantil y que, gracias al trabajo apasionado, creativo y desinteresado de decenas de personas, se ha convertido en un auténtico vivero de proyectos y colectivos.
Las personas y asociaciones interesadas en poner de manifiesto su apoyo a este proyecto, pueden hacerlo a través de internet.