Un gran paso para el reconocimiento del síndrome de la electrosensibilidad

Ante la reciente sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid que concede el reconocimiento de incapacidad permanente total por síndrome de Electrosensibilidad a un ingeniero de Telecomunicaciones, la Asociación Electro y Químico Sensibles por el Derecho a la Salud (EQSDS) considera “un avance los fallos judiciales que reflejan y recogen la realidad de las personas que padecen este síndrome de intolerancia a campos electromagnéticos no ionizantes de origen artificial”.

Un gran paso para el reconocimiento del síndrome de la electrosensibilidad
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La Sensibilidad Química Múltiple y la electrosensibilidad son problemas de salud asociados al progreso y los factores ambientales. La primera consiste en una pérdida de tolerancia a sustancias químicas de uso habitual, principalmente sintéticas y en general con algún grado de carga tóxica. La segunda encuentra en la exposición a los campos electromagnéticos el desencadenante de los síntomas. A pesar de una cobertura sanitaria aún deficiente, la Sensibilidad Química cuenta con el reconocimiento en varios países como España. Sin embargo, la falta de reconocimiento oficial de la electrosensibilidad supone, a tenor de EQSDS, “una dificultad añadida para los afectados que chocan con la incomprensión del entorno y con la ausencia de asistencia por parte de las instituciones públicas y sanitarias”.

Algunas de estas personas, incapacitadas para trabajar pero a las que se les deniegan las ayudas, no tienen más remedio que acudir a la justicia para hacer valer sus derechos. Hace unos meses un juzgado francés falló a favor de una afectada de electrosensibilidad y ahora hemos conocido que el Tribunal Superior de Justicia de Madrid ha dado la razón a Ricardo de Francisco, un ingeniero de telecomunicaciones electrosensible, en su demanda contra el INSALUD por el reconocimiento de su incapacidad laboral.

En un comunicado hecho público el pasado 7 de septiembre, EQSDS valora muy positivamente “el veredicto de los jueces que toman sus decisiones basándose en las pruebas presentadas y apoyados en valoraciones de médicos y expertos en la materia”, como en estos casos. Sin embargo, la entidad se ve en la necesidad de puntualizar algunas informaciones publicadas en los últimos días. “Aunque somos conscientes de que la existencia de la electrosensibilidad viene a poner en duda la seguridad de la telefonía móvil, un negocio que mueve en el mundo dos billones de dólares al año, no deja de causarnos sorpresa y estupor el tratamiento tendencioso que, desde un supuesto punto de vista científico, se ha dado a la noticia en algunos medios de comunicación. Medios que presumen de realizar un periodismo de calidad publican artículos en los que se niega la existencia de la hipersensibilidad electromagnética y se desacredita a las personas que la padecen, omitiendo la base científica que la avala y dificultando las medidas a tomar para su adecuado tratamiento”, se quejan.

“Queremos dejar claro que los principales expertos que tratan e investigan este síndrome descartan cualquier origen psicosomático y que hay suficiente información científica que demuestra que la electrosensibilidad es una alteración orgánica en respuesta a los campos electromagnéticos. Los médicos que tratan habitualmente a personas EHS de forma sistemática y con los protocolos adecuados ven como los pacientes mejoran cuando consiguen vivir en un entorno con niveles muy bajos de contaminación. Actualmente hay decenas de miles de investigaciones que encuentran efectos biológicos en los niveles de exposición a los que estamos expuestos en la actualidad. Cientos de investigadores de todo el mundo expertos en bioelectromagnetismo alertan de posibles riesgos” aclaran los damnificados.

Cada vez son más las personas que se dirigen a asociaciones de afectados como EQSDS para buscar información que les ayude a manejar adecuadamente este síndrome/discapacidad. Muchas de ellas son menores. “Creemos que la sociedad tiene que tener acceso a toda la información científica disponible sobre los riesgos de la exposición crónica que padecemos en la actualidad para poder realizar un consumo consciente y trazar las políticas más convenientes en salud pública. Afortunadamente existen investigadores independientes y jueces dispuestos a reconocer sus derechos a trabajadores y trabajadoras damnificados por la otra cara de este progreso, un tipo de contaminación que no se ve pero que tiene demostrados efectos en la salud” concluye la asociación en su nota.

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