Los Síndromes de Sensibilización Central (SSC), entre los que se encuentran la fibromialgia, el síndrome de fatiga crónica, la encefalomielitis miálgica, la sensibilidad química múltiple y la electrohipersensibilidad, afectan de forma crónica a personas que necesitan protección en su vida cotidiana y su trabajo contra tóxicos y radiaciones artificiales, y que en ocasiones generan niveles graves de discapacidad. Personas que, tal y como recuerdan las citadas entidades, deben sumar a sus problemas de residencia, laborales, educativas, familiares y de ocio “la falta del reconocimiento de su discapacidad y la ausencia de una atención sanitaria adecuada (con la dificultad de acceso a especialistas con formación específica en estos síndromes en los ámbitos de inmunología, medicina ambiental y neurología), lo que incluye situaciones de precariedad y exclusión sanitaria inaceptables en nuestra sociedad”.
Por eso, la “Declaración institucional en apoyo a las personas afectadas de síndromes de sensibilización central” aprobada por el consistorio de Tarragona el pasado 30 de noviembre es tan importante para los afectados de un problema socialmente invisible. Tal y como indica la PECCEM y EQSDS en un comunicado, la declaración es un “plan pionero que visibiliza y actúa ante la peligrosa exclusión social” de estas personas.
La iniciativa incluye un “diagnóstico y censo”, actualizable anualmente, de las personas afectadas, así como un protocolo de actuación con un catálogo de ayudas económicas (en alimentación, elementos de primera necesidad y una tarifa superreducida del precio del agua) y domiciliarias específicas, como el acceso a viviendas sociales y a espacios municipales blancos y verdes (libres de químicos tóxicos y de ondas electromagnéticas). El plan también recoge la eliminación o limitación del uso de pesticidas en el municipio, la formación específica de los trabajadores socio-sanitarios, y medidas de adaptación laboral de las personas afectadas.
Aunque la solicitud de incluir la “sensibilidad química múltiple y otras patologías similares” en la Clasificación Internacional de Enfermedades fue aprobada en el Congreso de los Diputados en 2014, en la actualidad todavía no se han desarrollado medidas de actuación específicas para los colectivos afectados.
La PECCEM y EQDS destacan el trabajo de las personas damnificadas de la Liga SFC/SSC previo a la moción que presentó Esquerra Republicana de Catalunya-Moviment d’Esquerres-Moviment Demòcrata Català y que ha sido la base del citado plan de rescate. Todos los grupos municipales del ayuntamiento de Tarragona la aprobaron de manera unánime.
Por ende, hace un llamamiento para extender la iniciativa a otras administraciones locales, autonómicas y estatales, especialmente a los gobiernos autonómicos y central, “para que apliquen protocolos de actuación y seguimiento como los propuestos por la European Academy of Environmental Medicine (octubre 2015) y reconozcan las incapacidades laborales que sufren las personas afectadas y se les conceda las prestaciones que les corresponden en cada caso”. En la misma línea, solicitan que apliquen las medidas de precaución implícitas en las resoluciones del Parlamento europeo de 2008 y 2009, la Resolución 1815 de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa de 2011, la propuesta de dictamen aprobada en la sección TEN del Comité Económico y Social Europeo el pasado 7 de enero, que otorgaba un reconocimiento integral de la hipersensibilidad electromagnética, y el llamamiento internacional de científicos expertos en campos electromagnéticos a la OMS/ONU realizado el pasado mes de mayo.
“Pensamos que los costes económicos de crear las condiciones laborales, sociales y sanitarias que permitan a estas personas seguir siendo miembros activos de la sociedad, y en caso de las más gravemente afectadas, tener unas condiciones de vida dignas, deberían recaer también en las industrias, que se benefician de la contaminación ambiental química y electromagnética que generan los riesgos potenciales asociados a los síndromes de sensibilización central para reparar los daños colaterales de su rentable y boyante actividad económica” concluyen la PECCEM y EQDS en su nota.
