70 de ellos se encuentran en Atocha, en el entorno del Monumento a las Víctimas del 11M y el paseo de la Infanta Isabel, una zona que forma parte del Paisaje de la Luz. Los 126 restantes se hallan en Conde de Casal, un grupo en la calle Sirio, formando una notable barrera que protege a varios edificios de viviendas de las molestias de la M30.
Ante el “arboricidio” planteado por el Ejecutivo de Ayuso, las asociaciones vecinales Los Pinos de Retiro Sur y Retiro Norte, la Asociación Cultural Hacenderas y las AFA (Asociación de Familias del Alumnado) del colegio Arcángel y del Instituto de Enseñanza Secundaria La Estrella se han unido con el fin de reclamar “una revisión del proyecto para salvar todos los ejemplares posibles”, lograr el compromiso de que cada árbol talado sea “repuesto en su zona”, “recalificar la zona de la M30 ahora arbolada y con previsión de tala como zona verde para garantizar su repoblación y no dejarla asfaltada” y “evitar todas las talas en el espacio incluido en el Paisaje de la Luz sin la supervisión previa del proyecto por Unesco”. Cuatro reivindicaciones que, junto a la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM), sacarán a la calle el próximo domingo, 10 de septiembre, en una manifestación que unirá las dos zonas amenazadas. La protesta se iniciará a las 12:00 ante el Hotel Claridge, que se encuentra en el número 6 de la plaza de Conde de Casal, y finalizará en Atocha.
Al igual que las asociaciones vecinales de Carabanchel y Arganzuela, los otros dos distritos afectados por las talas, las entidades organizadoras de la marcha del domingo no se oponen a la expansión de la línea 11 del suburbano, una vieja demanda ciudadana, pero solicitan que esta se ejecute con el menor impacto posible en el arbolado y las zonas verdes de sus barrios, un bien escaso cada vez más preciado. Son conscientes de que existen alternativas a la eliminación de casi 700 árboles y el trasplante de más de 200 que prevé el actual proyecto.
Tal y como sostienen en un manifiesto los colectivos que impulsan la manifestación, “reducir áreas verdes contribuye a intensificar los efectos de la contaminación así como del cambio climático”, “va en contra de la aplicación de los objetivos sostenibles de la Agenda de 2030 a los que se ha comprometido el Ayuntamiento de Madrid” (como asegurar la conservación y uso sostenible de los bosques y zonas verdes de la ciudad incrementando la cobertura arbórea) y, en el caso concreto de las talas de Atocha, pone en riesgo la declaración del Paisaje de la Luz como Patrimonio Mundial de la Unesco.
La cobertura vegetal es esencial para combatir el efecto “isla de calor” que padece una ciudad tan golpeada como Madrid, un que tiene afecciones directas en la salud de la población. Por ello, reducirla de forma notable, especialmente en estos tiempos de incremento histórico de las temperaturas, resulta una auténtica temeridad. “La zona de Conde Casal carece de zonas verdes y sufre la cercanía de dos zonas de gran tráfico y ruido como son la M30 y la entrada a la A3. Retirar la cubierta verde que protege a los vecinos de estas carreteras provocaría un gran impacto en su salud y convertiría esta parte de nuestro barrio en un solar insufrible”, subrayan las organizaciones sociales en su escrito, antes de añadir: “espacios verdes como los de la calle Sirio, frente a la M30, protegen a los vecinos y vecinas del ruido de los coches. Toda esa zona va a ser talada y los vecinos y vecinas lo vamos a notar durante la obra y después”.
Ante el proyecto del Gobierno regional, la FRAVM y los colectivos vecinales presentaron hace unos días un sólido documento de alegaciones en el que defienden una serie de cambios perfectamente viables con el fin de reducir drásticamente el impacto de las obras sobre el arbolado y las zonas verdes de nuestra ciudad. ¿Los tendrá en cuenta el Ejecutivo de Isabel Díaz Ayuso? Este domingo, los defenderemos en las calles de Retiro.