En la mañana del lunes 9 de octubre las vecinas y vecinos de la plaza Puerto Rubio, más conocida como la ‘plaza Vieja’, fueron testigo de la llegada de varios operarios municipales. Para su sorpresa, no acudían en respuesta a la denuncia que habían registrado una semana antes señalando el absoluto abandono en que se encuentra este rincón del barrio, dejado de la mano de los servicios municipales de limpieza. Su sorpresa fue mayúscula cuando los técnicos comenzaron a talar los árboles del perímetro interior de la plaza como consecuencia del inicio de las obras de remodelación de la plaza, supuestamente aprobada por la mayoría vecinal. Varios de los vecinos presentes y representantes de una ONG con sede en la plaza organizaron una protesta espontánea que no logró detener la tala de 13 de los 23 árboles. Acto seguido y con ayuda y respaldo de las entidades vecinales del distrito iniciaron una recogida de firmas dirigida a detener la tala y a demostrar que la amplia mayoría de los vecinos está en contra de este atentado amparándose para ello ‘en la Ley 8/2005 de la Comunidad de Madrid, que ampara la conservación del arbolado urbano con más de 10 años de antigüedad y/o un perímetro basal de más de 20 centímetros, características que cumplían 21 de los 23 ejemplares’. Según información que barajan los vecinos, sólo dos de ellos habían sido catalogados como enfermos.
Los representantes de la Junta Municipal defienden que el proyecto de remodelación de la plaza ha obtenido el apoyo de las vecinas y vecinos del ámbito. Los convocantes de la concentración, por el contrario, lo niegan y están dispuestos a demostrarlo con la recogida de firmas.
Por otro lado, el proyecto de remodelación tampoco ha sido debatido ni aprobado en el Consejo Territorial del distrito, un órgano de participación creado por el actual equipo de Gobierno precisamente para ‘promover una reflexión conjunta entre la ciudadanía, sus asociaciones y las autoridades municipales en torno a problemas que afectan a la vida cotidiana de los distritos y sus barrios’.
Ayer, vecinas y vecinos y representantes de las entidades vecinales del distrito se dieron cita en la puerta de la Junta Municipal para demostrar que la movilización ‘no responde a mediación política alguna’ y para paralizar la tala del arbolado, el único elemento que sirve para paliar estética y medioambientalmente el deplorable estado en que se encuentra la plaza’. Insisten en que ‘nadie ha demostrado la imposibilidad de transplantar los ejemplares’.
