Prisciliano Castro en representación de las entidades vecinales de los distritos de Carabanchel, Tetuán, San Blas y Vicálvaro,y Alberto Ruiz Gallardón han rubricado esta mañana los Planes Especiales de Inversiones y Actuaciones elaborados tras un amplio proceso de participación ciudadana canalizado a través de la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid. El acto, que ha tenido lugar en el Patio de Cristales del Ayuntamiento de Madrid, ha contado con la presencia de los representantes de todas las entidades vecinales implicadas en el diagnóstico previo, en la definición y negociación de propuestas y la posterior evaluación de resultados.
Los Planes recogen 48 grandes actuaciones en materia de vivienda, equipamientos públicos, infraestructuras y la integración de nuevos vecinos, de las que dieciséis se realizarán en Carabanchel, catorce en Tetuán, nueve en Vicálvaro y otros nueve en San Blas. La ejecución de estos planes, que ya cuenta con una partida presupuestaria de tres millones de euros para el 2004, beneficiará a los cerca de 535.000 madrileños que pueblan estos cuatro distritos, caracterizados no sólo por bajos indicadores socioeconómicos y altos índices de inmigración, sino por un vecindario históricamente comprometido con la construcción de un Madrid más humano, digno y justo para todos. Prueba de ello ha sido el ejemplar diagnóstico de necesidades y la capacidad de negociación que han dado lugar a estas 48 actuaciones. La experiencia, sin embargo, no es nueva, sino que da continuidad a la política de cogestión y participación iniciada con los Planes ejecutados en Villaverde-Usera y Puente de Vallecas-Villa de Vallecas negociados en su día con el entonces presidente de la Comunidad de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón.
En el acto de presentación de los Planes, Prisciliano Castro ha reconocido y agradecido la “participación y el esfuerzo de los dirigentes vecinales, de la concejalía de Pilar Martínez y de las Juntas Municipales de Carabanchel, Tetuán, San Blas y Vicálvaro”. Ha subrayado asimismo que, aunque el trabajo previo ha sido ingente, no ha hecho más que empezar. El reto, tanto para la FRAVM como para las entidades vecinales, reside en conquistar la confianza de los madrileños y en afrontar el trabajo posterior a la negociación de las actuaciones, esto es, la definición de los plazos y las prioridades y el seguimiento compartido de las ejecuciones con arreglo a los objetivos y el grado de satisfacción de los vecinos y vecinas.
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