Los vecinos de Dehesa de la Villa mantean al ”bigotes de Esperanza”

Los ”vecinos de Babilonia” que viven en la Dehesa de la Villa han decidido dar continuidad a una de sus tradiciones más arraigadas manteando este año al ”bigotes de Esperanza” como medida ejemplarizante. Los vecinos, admirados de los ejemplares que habitan una comunidad autónoma que parece dedicada a hacer privado lo público”, invita a la ciudadanía a participar en el manteo, el domingo a las 12 en el jardín de Francos Rodríguez esquina con la calle Numancia.

Los vecinos de Dehesa de la Villa mantean al ”bigotes de Esperanza”
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Como todos los años, el Tribunal del Pelele asume su responsabilidad anual: elegir entre tantos “listos” aquel cuyo manteo sea más ejemplar. En su búsqueda han vuelto la mirada hacia la Comunidad de Madrid y han quedado “admirados de los ejemplares que la habitan”.

En el bando de este año se refieren a ésta como una “comunidad que parece dedicada a hacer privado lo público. Donde los consejeros tienen que dimitir por tener amigos `de bigotes’ que consiguen que se pague `de más’ por cosas bastante `de menos’. Donde Caja Madrid parece el `hotel de los líos’ con un presidente agarrado a la silla dando manotazos, mientras otros se la intentan quemar. Donde a todos los espían y nadie ha espiado a nadie ¡No se entiende de dónde salen tantos papeles! Un lugar en el que se quiere vender el agua del Canal de Isabel II pese a que da beneficios, o precisamente por eso. Donde los hospitales van poco a poco dejando de ser públicos para ser negocios en los que será más importante la rentabilidad que la salud de los ciudadanos. Y donde como toda respuesta se da un `yo no he sido’ y un `sostenella y /no enmendalla’ a la espera que todo pase y no quede mancha. ¿Pero quién es el culpable de todo esto? Si no lo son los responsables políticos, si ellos son los engañados. ¿Será el culpable ese señor que siempre sale detrás en todas las fotos? Parece que posee un adorno piloso que actúa de forma hipnótica sobre nuestros administradores públicos y que les obliga a fragmentar contratos, a realizar adjudicaciones dolosas, a sentarse con ellos en restaurantes elegantes y bodas de tronío. Pues ese no es otro que aquel al que se conoce como `el bigotes de Esperanza’. Por ello, por hipnotizar a todos esos pobres infelices. Por meterles en el bolsillo comisiones que de las que nunca tuvieron conciencia. Por hacer que algún subordinado confundiese sus funciones y espiase a un político enemigo de su jefe. Por acompañarles en fiestas y bodorrios con la intención de llevarles por el mal camino. Por vender la honradez y la calidad de lo público. Por no saberse ya a quién sirve y contra quién va. Por todo ello le condenamos a ser manteado y convocamos a toda la ciudadanía a participar en su manteo”.

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