Tras dos décadas de lucha vecinal, y siendo presidente de la Comunidad de Madrid Alberto Ruiz Gallardón, en 1996 dieron comienzo las obras de una nueva línea de Metro, la 11, que daría servicio a Carabanchel Alto desde la plaza Elíptica. La asociación vecinal de este barrio todavía guarda la carta que envió a todos los vecinos el entonces presidente de la junta de Carabanchel, Alberto López Viejo, hoy en la cárcel por ladrón.
En 1998 llegó el Metro hasta Pan Bendito, pero cuando debían continuar las obras hasta Carabanchel Alto, el mismo Ruiz Gallardón se olvidó de su promesa para destinar los recursos en un proyecto más especulativo, sin apenas demanda, la línea de Metro Sur.
Esto hizo que se reactivaran las movilizaciones, las cuales dieron sus frutos, y la nueva presidenta, Esperanza Aguirre, continuó las obras hasta llevar el metro a Carabanchel Alto en 2006. Un año antes, en 2005, junto a la entonces consejera de Transportes, Dolores de Cospedal, anunció a bombo y platillo que la línea 11 sería la “M-40” del metro, o sea, una nueva circular más exterior a la línea 6.
Desde entonces han pasado nuevas personas ocupando la presidencia de la Comunidad de Madrid, como Ignacio González o Ángel Garrido, que ni se tomaron la molestia de cumplir lo que alguien, en nombre de la institución, había prometido hacer.
Nuevas protestas vecinales provocaron que en 2017, la entonces presidenta Cristina Cifuentes, prometiese en sede parlamentaria la ampliación de “la gran línea de metro” que hasta ese momento y hasta el día de hoy es un mero ramal de 7 estaciones, de la Fortuna a Plaza Elíptica, con un único enlace con el resto de la red de metro. Esta ampliación sería desde Plaza Elíptica hasta Conde de Casal, enlazando con las líneas 3 y 1 en otras estaciones, y cuya inauguración estaba prevista para 2023.
Este proyecto iba avanzando lentamente, con los proyectos de impacto ambiental y de obra, y de repente nos topamos con un nuevo anuncio rimbombante: la línea 11 será “la diagonal del metro” (del suroeste al nordeste), uniendo Cuatro Vientos con Valdebebas y el aeropuerto de Barajas.
Hasta aquí podría parecer una noticia positiva, de reforzamiento de una ampliación ya en curso. Pero para la Asociación Vecinal de Carabanchel Alto “la letra pequeña” del anuncio es muy preocupante por los siguientes aspectos:
– Quedan en suspenso todas las obras hasta conseguir la financiación de la Unión Europea para todo el proyecto.
– La ampliación se llevará en tres fases:
1ª. Sur: De Plaza Elíptica a Conde Casal (comienzo obras no antes de 2022).
2ª Centro: de Conde Casal a Mar de Cristal (comienzo obras en 2023).
3ª. Norte: de Mar de Cristal a Valdebebas y T4 Barajas (comienzo obras no antes de 2022).
“¿Quién nos garantiza el cumplimento de estos plazos, cuando además depende de decisiones supranacionales?” se pregunta con inquietud la entidad vecinal, antes de añadir: “sabemos que la zona norte de esta posible ampliación tiene intereses muy potentes, como la ciudad de la justicia, el nuevo hospital fantasma, la ciudad deportiva del Real Madrid y la especulación de los nuevos desarrollos urbanísticos como el propio Valdebebas. ¿Quién nos garantiza que el tramo sur sería la prioridad de las obras y no el tramo norte?”.
“No debemos olvidar que el partido Ciudadanos tenía en su programa electoral la llegada del metro a Valdebebas, y curiosamente quienes han realizado el anuncio ayer son de ese partido, el vicepresidente Ignacio Aguado y el consejero de Transportes Ángel Garrido. A la nómina de incumplidores de promesas parece que habrá que añadir a la actual presidenta Isabel Díaz Ayuso, y un nuevo partido, Ciudadanos, se unirá al Partido Popular, que hasta ahora asumía en solitario este triste récord. A las vecinas y vecinos de Carabanchel Alto no nos pilla de sorpresa, y por eso tenemos guardadas las pancartas y otros elementos reivindicativos, que volveremos a sacar en breve, porque no estamos dispuestos a soportar una nueva tomadura de pelo”, asegura la Asociación de Vecinos de Carabanchel Alto.