El patrimonio urbano y arquitectónico constituye una manifestación de la memoria colectiva que, si bien remite al pasado, también contribuye en el presente a desarrollar un sentido de pertenencia que una comunidad comparte en un espacio histórico y simbólico.
Desde antiguo, la conservación del patrimonio arquitectónico ha dependido más del apego de la ciudadanía a los edificios, monumentos, plazas… que constituyen la memoria tangible de Madrid que a la conciencia de los políticos. Uno de estos ejemplos nos remite a la denodada lucha de la AV La Corrala (Centro) por impedir el derribo de las tradicionales corralas, que obligó al concejo municipala a aprobar, en 1978, un Plan General Especial para la Conservación de Madrid.
El pasado 8 de enero, la sede de la AV El Organillo (Chamberí) acogió la reunión de constitución de la Plataforma Salvemos el Frontón Beti-Jai, una joya arquitectónica construida en 1893 que en la actualidad es considerado el único frontón neomudéjar del mundo.
Dirigido por una de las leyendas de la pelota vasca, Indalecio Sarasqueta (Txikito de Eibar), el frontón madrileño aunaba el deporte con otras actividades como la gastronomía. Además de las apuestas, que atraían especialmente a los madrileños, se ofrecía en este recinto la posibilidad de degustar la cocina vasca o de mantener reuniones de negocios. Un ómnibus permitía comunicar el frontón con la Villa y Corte.
El Beti Jai siguió abierto hasta los años veinte del pasado siglo. El final llegó con la dictadura de Primo de Rivera, que suprimió el juego y las apuestas. Durante la Guerra Civil fue comisaría de policía y cárcel improvisada. Con la posguerra se utilizó como local de ensayo para las bandas de cornetas de Falange. También se utilizó como corrala. En los años sesenta y hasta los noventa las canchas fueron ocupadas por un taller de automóviles.
En el año 1991, la “capilla Sixtina” de la pelota fue declarado Bien de Interés Cultural con la categoría de monumento, una calificación que le otorga la máxima protección legal y urbanística gracias a la favorable consideración de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, que consideró ‘como digno de ser conservado y uno de los mejores de la época’.
Las administraciones madrileñas, sin embargo, no han hecho nada para detener las consecuencias del tsunami especulador y cumplir las determinaciones de la Ley 10/1998, de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid. La empresa propietaria del edificio ‘se ha saltado constantemente la ley desde que lo adquirió y nadie ha hecho nadie para remediarlo’, denuncian los portavoces de la Plataforma. ‘Es lamentable ver el estado en que se encuentra un monumento tan importante, así como la desidia que muestran tanto el propietario como las administraciones responsables. Queremos que la administración competente, ya que el actual propietario nunca ha demostrado intención alguna de hacerlo, se haga cargo de su restauración y rehabilitación, dotándolo de un uso público que asegure su conservación en el futuro’, defienden.
Si las administraciones y los propietarios no toman medidas para detener la ya casi irreversible degradación del frontón, la Plataforma interpondrá una denuncia por incumplimiento de lo establecido por la Ley 10/1998. Recuerdan a los responsables políticos que deben obligar al propietario a ejecutar las obras necesarias, bajo la vigilancia de la Dirección de Patrimonio, o en su defecto, iniciar la expropiación del frontón para que cubra las necesidades deportivas de los vecinos del distrito de Chamberí, ‘ya que su uso está declarado para fines deportivos’.
‘El Beti-Jai es un ‘contenedor’ idóneo tanto para su uso deportivo original -el juego de pelota- , como para diversas disciplinas olímpicas: gimnasia, esgrima, halterofilia, lucha libre, así como deportes tradicionales como los bolos, pasa-bolo tablón, entre otros, como para uso cultural y lúdico, pues permite el desarrollo de espectáculos, desfiles de moda, determinados tipos de festejos; e incluso podría albergar en sus corredores un pequeño museo al aire libre alrededor de un vacío, que a modo de plazuela cerrada serviría a un barrio con escasísimas zonas libres, garantizando así el uso continuado del conjunto y, en consecuencia, su mantenimiento’, apuntaron.
La Plataforma llevará a cabo su primer acto de protesta y divulgación el próximo 17 de enero, a las 19.00 horas, en la plaza de Santa Bárbara, situada junto a la glorieta de Alonso Martínez, en el que se recogerán firmas en papel como complemento de la campaña de recogida de firmas a través de internet, se montará una instalación interactiva y se distribuirán folletos, chapas y pegatinas a favor de la restauración del frontón.