“Hemos conseguido la llegada del metro después de una larga pelea, en la que llegamos a cortar la M-40 con una marcha de protesta, pero no han tenido en cuenta nuestra propuesta de prolongar la Línea 10 y unir La Fortuna con el Metrosur”, sostiene María Ángeles Micó, presidenta de la asociación vecinal Nueva Fortuna. “El problema es que nosotros necesitamos ir a Leganés a diario para ser atendidos en los centros de salud y en el hospital y para realizar gestiones como los trámites en el Ayuntamiento,…y los autobuses siguen tardando mucho”, aclara la dirigente ciudadana, que también teme una reducción de este servicio con la excusa de la llegada del metro.
Nadie duda de que la unión de Madrid con esta zona de Leganés, que se halla entre las autovías de circunvalación M-30 y M-40, redundará en una mejora notable de las condiciones de vida de sus vecinos, pero el movimiento ciudadano lamenta no haber sido escuchado para completar su histórica aspiración de conectar La Fortuna con el resto del pueblo, una demanda que ahora cobra plena actualidad. Los vecinos tampoco están de acuerdo con el precio del billete. “¿Por qué tenemos que pagar 2 euros en vez de 1 euro, tal y como hacen los vecinos de Carabanchel, si sólo estamos al otro lado de la M-40?”, se preguntan. El hecho de pertenecer a otro municipio no es, para la citada asociación vecinal, un argumento suficiente para que se dé este hecho.
Por último, Nueva Fortuna, que ha prometido continuar con su batalla hasta que la nueva estación se conecte con Metrosur, reclama una mejora en el servicio de autobuses entre el barrio y el casco urbano de Leganés.