La FRAVM exige a Ayuso una rectificación y el mantenimiento de los 37 Servicios de Urgencias de Atención Primaria

El cierre de 20 SUAP es un claro recorte de nuestra malograda sanidad pública y redundará en una mayor presión de los servicios de urgencia de los hospitales, muchos de los cuales se hallan ya al borde del colapso

La FRAVM exige a Ayuso una rectificación y el mantenimiento de los 37 Servicios de Urgencias de Atención Primaria

El Gobierno de Isabel Díaz Ayuso cierra definitivamente 20 de los 37 Servicios de Urgencias de Atención Primaria (SUAP) que tiene la región. Esa es la cruda realidad, por mucho que el consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, se empeñe en dulcificar la medida presentándola como una mera reestructuración de las urgencias extrahospitalarias.

Es decir, estamos ante un nuevo recorte de nuestra maltratada sanidad pública, un nuevo hachazo que afectará, de manera directa, a la calidad asistencial tanto de la atención primaria como de nuestros centros hospitalarios, que verán incrementada la presión, ya muy elevada, de sus servicios de urgencias. Un nuevo recorte que, además, se ha decidido al margen de los sindicatos, de los representantes de las trabajadoras y trabajadores sanitarios, de los colectivos de pacientes y usuarios y de las asociaciones vecinales.

Ante este panorama, la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM), solicita a Ruiz Escudero que recapacite, escuche a estas entidades y rectifique su plan de reestructuración de las urgencias extrahospitalarias, volviendo a abrir los 37 SUAP que mantiene clausurados desde hace más de dos años. Como bien sabe el consejero, se trata de servicios muy valorados para la población, y así se lo han hecho saber sus asociaciones vecinales y plataformas locales en defensa de la sanidad pública en estos dos largos años a través de innumerables actos en los que han demandado su reapertura.

No hay semana que pase sin que se celebren en los lugares afectados por el cierre de los SUAP concentraciones, manifestaciones y otras acciones para reclamar su puesta en marcha. La semana pasada, los colectivos vecinales se unieron a los trabajadores/as del SUMMA 112 para llevar esta demanda a la Asamblea de Madrid, institución que en febrero recibió más de 90.000 firmas de ciudadanos con el mismo motivo. Y ayer, después de cinco días, finalizó una acampada vecinal ante el SUAP de Carabanchel Alto, una iniciativa que en los próximos días se trasladará a otros lugares, como ya ocurriera en Villaverde con anterioridad.

Protesta vecinal contra el cierre de un SUAP en Pinto

Con su nuevo plan, el Gobierno de Ayuso clausurará los 37 SUAP existentes y transformará 17 de ellos en lo que ha denominado Puntos de Atención Continuada (PAC), dejando 20 barrios y municipios sin las urgencias de atención primaria que antes tenían. Pero además, solo 10 PAC de los 17, dispondrán de médicos. Las urgencias de los siete restantes solo podrán ser atendidas por enfermeras y técnicos auxiliares de enfermería. El nuevo modelo de Puntos de Atención Continuada empezará a funcionar en septiembre.

A pesar del menosprecio de los representantes autonómicos para con los SUAP, estos servicios eran extraordinariamente eficaces, insisten una y otra vez sus trabajadores. Así, en enero de 2020, último mes del que se disponen datos oficiales de la Consejería, sus profesionales atendieron a 71.066 pacientes, de los cuales menos de un 8% se derivaron al hospital. En ese momento los 37 SUAP atendían una media de 2.154 pacientes al día.

Sin los SUAP, tal y como ha sucedido en estos dos años de clausura, estos pacientes acabarán directamente en los servicios de urgencias de nuestros hospitales, muchos de los cuales se encuentran al borde del colapso, incrementando la presión sobre sus profesionales y los tiempos de espera de los pacientes.

Consideramos indignante y vergonzoso que el Gobierno regional no invierta dinero en mantener unos servicios tan importantes para la población mientras despilfarra millones de euros en infraestructuras como el hospital Enfermera Isabel Zendal, que hoy se halla a medio gas, prácticamente vacío, sin apenas personal y pacientes. Y continúe con un modelo de gestión que deteriora progresivamente y sin freno nuestra sanidad pública mientras da alas a la sanidad privada, para beneficio de fondos y grandes compañías de ese sector, y de constructores y empresas de servicios que nada tienen que ver con la salud.

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