Apenas 400 metros, unos 5 minutos a pie, separan a los dos negocios de hostelería del distrito de Tetuán que en las últimas semanas se han hecho famosos no precisamente por la calidad de su comida o por su buena acogida en el vecindario. Menos de medio kilómetro que a la vez sirve para unir a las comunidades afectadas por las cocinas fantasma de la calle Morando, 6 y por la futura dark kitchen de la calle Santa Valentina, 3, grupos vecinales que llevan semanas movilizándose para frenar su molesta y peligrosa actividad. Haciendo propio este anhelo, y ante las irregularidades detectadas en ambos negocios, la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM) presentó el pasado viernes una denuncia ante el Ayuntamiento de Madrid con el fin de que aclare su situación legal y explique si ha habido un posible trato de favor por parte de la Administración.
En su escrito, la Federación Vecinal, en sintonía con las vecinas y vecinos afectados, solicita que la Agencia de Actividades (ADA) “efectúe las correspondientes inspecciones a los establecimientos de las calles Morando, nº 6, y Santa Valentina, nº 3, a fin de comprobar el ajuste de las actuaciones a la reglamentación vigente y, en su caso, emitir las decisiones oportunas”.
Además, reclama que la ADA “explique públicamente la secuencia errática de decisiones que afectan al local de Morando, nº 6, a fin de despejar las dudas y sospechas de favoritismo que se han generado”. Recordemos que el 14 de septiembre el chef Dani García volvió a abrir las cocinas fantasma que, bajo la marca de La Gran Familia Mediterránea, tiene en esa ubicación. Lo hizo, a tenor de los vecinos y vecinas más próximos, sin haber acometido ninguna obra que subsanase las irregularidades que llevaron al Ayuntamiento a decretar su cierre.
“¿Por qué no se han hecho efectivas las resoluciones de cese y demolición [de las obras realizadas ilegalmente]? ¿Por qué el ADA constata una serie de deficiencias y/o incumplimientos en julio y, sin embargo, se concede licencia de funcionamiento un mes después sin que se hayan realizado obras en el local en ese tiempo? ¿Por qué se concede licencia de funcionamiento estando vigente la moratoria [para las llamadas cocinas agrupadas]?” pregunta la FRAVM a la gerente de la ADA en su escrito.
La mercantil propiedad del negocio de Morando, Rima Gastronómica SL, no solo desobedeció la orden de este verano de demoler las obras que había realizado ilegalmente, sino que antes había desobedecido una resolución del Consistorio de cese y clausura de la actividad de cocina industrial “por carecer del preceptivo título habilitante”. ¿Como es posible que, a pesar de esta “reiteración en los incumplimientos”, el Ayuntamiento permita su actividad? se cuestionan los afectados y la FRAVM. En su documento, la federación también demanda que den detalle y copia del expediente 500/2022/06759 de Morando por el cual se concede licencia el 31/08/2022, pero del que no se puede ver el detalle de la declaración responsable ni del tipo de actividad en el portal de la Conex del Ayuntamiento.
Las obras continúan en Santa Valentina, 3
Por su parte, los trabajos de construcción que el Grupo Kloos lleva a cabo en una nave situada en la calle Santa Valentina, 3, en el mismo barrio de Valdeacederas de Tetuán, continúan a buen ritmo, a pesar de las quejas de los vecinos y vecinas, que a diario llaman a la Policía Municipal para advertir que se están ejecutando actuaciones que van más allá de lo solicitado al Ayuntamiento. “Se están realizando obras amparadas por dos declaraciones responsables para la demolición de la tabiquería interior y la sustitución de elementos de la cubierta”, aclara la FRAVM en su escrito.
Aunque la portavoz del Ayuntamiento de Madrid ha asegurado que en Santa Valentina, 3 no se van a abrir cocinas fantasma, hay señales que indican todo lo contrario. Algunos obreros trasladaron en agosto a los vecinos que ese era el objeto de los trabajos. Pero además, la entidad que está detrás de la iniciativa, Nom Gastro Hub, lo deja ver con nitidez en su página web: “Nuestro primer centro de operaciones está estratégicamente situado en Tetuán. Desde aquí podemos llegar a algunas de las zonas más pobladas de Madrid y garantizar tiempos de entrega cortos”, puede leerse en la presentación del proyecto empresarial.
Recordemos que actualmente sigue vigente la moratoria para abrir cocinas agrupadas en zonas residenciales, por lo que sería particularmente grave que una nueva dark kitchen viese la luz en San Valentina, 3. La FRAVM lleva más de dos años apoyando a las comunidades vecinales afectadas por estos negocios, repitiendo como un mantra algo tan lógico y sencillo como que las actividades industriales deben ubicarse en zonas industriales, nunca en espacios residenciales, como es el caso de los dos nuevos proyectos empresariales de Valdeacederas.
Y es que “las cocinas acarrean múltiples molestias en los entornos (ruidos, vibraciones en los edificios, malos olores, contaminación atmosférica, congestión de la movilidad, mala convivencia entre los residentes y el personas de los servicios de suministro y de distribución de los locales…), que suponen un claro y significativo deterioro de la calidad de vida, especialmente de las personas más vulnerables”, subraya la FRAVM en su denuncia.