En el pleno de Cibeles, PP, Ciudadanos, PSOE y Más Madrid han votado a favor de una proposición de este último grupo enmendada por los socialistas para que el Consistorio abandone su plan de construcción de los citados parking. Vox se ha abstenido. La votación se ha producido después de que el alcalde, José Luis Martínez-Almeida, anunciara hace dos días en un acto en la Casa de Campo su intención de suspender temporalmente estos proyectos.
Tras conocer la decisión del pleno municipal, la alegría ha recorrido las plataformas vecinales que se han puesto en marcha en estos meses para paralizar los macroparking y las asociaciones vecinales de los barrios afectados, muy implicadas en una batalla que ha contado en todo momento con el apoyo de la FRAVM. La federación felicita a estos colectivos por esta nueva victoria ciudadana, que demuestra la importancia de la unidad vecinal y la perseverancia. Quien la sigue, la consigue. Detrás se encuentran recogidas de firmas, asambleas vecinales, manifestaciones, concentraciones, jornadas informativas y un largo etcétera de acciones de presión y sensibilización. La última tuvo lugar el pasado sábado, cuando varios cientos de personas, a pesar de la canícula, se manifestaron a mediodía en el barrio de Tres Olivos contra el proyecto de aparcamiento disuasorio.
Antes, el 9 de julio, una treintena de asociaciones vecinales, AMPAs, colectivos de mujeres, culturales y de solidaridad, junto a la FRAVM, presentaron en la Oficina del Parlamento Europeo en España una petición para que esta institución intervenga y facilite la paralización de 8 proyectos de aparcamientos disuasorios del Ayuntamiento de Madrid, los de Tres Olivos, Mar de Cristal y Aravaca entre ellos.
Se trata de actuaciones que el Consistorio había concebido para descongestionar el tráfico rodado en el centro de la capital y cumplir así con el “compromiso municipal sobre los valores límite de dióxido de nitrógeno establecidos en la Directiva 2008/50/CE”. Pero, según los colectivos que presentaron el ruego, el plan hoy caduco no hacía más que trasladar el problema de una parte a otra de la ciudad, reubicando la contaminación. “En realidad es contrario a los objetivos que dice perseguir, pues incide en políticas que aumentan la contaminación del aire y promueve una movilidad no sostenible”, puede leerse en la petición registrada en el Parlamento Europeo.
La FRAVM no se opone a la construcción, en determinados momentos y lugares, de aparcamientos disuasorios como medida para alejar la contaminación de núcleos residenciales, pero estos deberían ubicarse en los municipios de salida de vehículos, no en los de llegada, tal y como proponía el Ayuntamiento de Madrid.