Grafitis responsables para los niños y niñas de Lavapiés

El grafiti forma parte de las expresiones de arte urbano, tanto como la música hip-hop o el rap. Pero esto no quiere decir que sean válidas, como base, todas las estructuras de la ciudad. El fomento de este arte, profundamente barrial y juvenil, debe conciliarse con el derecho de los vecinos y vecinas a disfrutar de unos espacios públicos limpios y habitables. Al menos eso es lo que piensan los miembros de la asociación vecinal La Corrala de Lavapiés que, con esta filosofía como mar de fondo, organizan mañana sábado, a partir de las 11h, un taller de grafiti en el parque de Cabestreros.

Grafitis responsables para los niños y niñas de Lavapiés
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La actividad, para la que habilitarán 20 metros de paneles de pladur, estará dirigida por uno de los grafiteros más reconocidos de la Comunidad de Madrid y está abierta a la participación de todo el vecindario, que podrá conocer de primera mano las técnicas básicas para pintar y dibujar con sprays de colores de una manera “sostenible” con el ambiente urbano. El taller, para el que la entidad ciudadana aportará todos los materiales necesarios, estará amenizado por la música del espacio de música hip-hop de La Corrala, El Rapeadero de Lavapiés, que aprovechará la ocasión para grabar el segundo video-clip de los jóvenes músicos que componen este proyecto. Carlitos Wey, el venezolano de 29 años que dinamiza El Rapeadero, se sentará mañana a los mandos de platos y sintetizadores para que, micrófono en mano, los chicos del grupo, que tienen edades comprendidas entre los 4 y 24 años, vuelvan a narrar en público sus anhelos y preocupaciones. Hace tres años, La Corrala promovió la creación de un taller de hip hop en el que Carlitos Wey enseñara a niños y jóvenes a escribir letras, inventar rimas, crear sus bases… para dar cauce a sus historias, sus inquietudes. Son gitanos, payos, proceden de familias marroquíes, dominicanas, ecuatorianas… pero son “todos españoles”, subrayan, “porque el hip-hop hermana”. Tras tres años de trabajo y a iniciativa de los propios chavales, El Rapeadero se embarcó en la aventura de grabar un disco que ya se puede descargar en Internet y que la asociación vecinal distribuye de forma gratuita. Sus catorce canciones hablan de la violencia machista, los abusos policiales, el racismo, de la necesidad de juntarse, de alzar la voz y de “echar pá lante”, destruyendo los estereotipos negativos que pesan sobre el fenómeno de la inmigración. Las 25 chicas y chicos que, de forma gratuita participan en el taller, se reúnen todos los sábados por la tarde en el Casino de la Reina.

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