En sus antiguos talleres y fábricas, que echaron el cierre hace años, incapaces de sobrevivir a las últimas crisis económicas, se asientan hoy hasta 40 iniciativas que acogen unos 130 artistas de diferentes disciplinas. Sin ayudas públicas, estos nuevos vecinos y vecinas llenan de vida hoy un lugar en el que antaño se elaboraba el peculiar isocarro, de la marca ISO, y florecían las imprentas y las cooperativas dentales. Su empeño no es sencillo. Desarrollan su creatividad acosados por la amenaza de los especuladores inmobiliarios, empeñados en convertir ese goloso suelo industrial en parcelas de uso residencial para poder construir pisos y más pisos.
Ante esta amenaza, las asociaciones vecinales de San Isidro y el colectivo de artistas del ISO se han unido para reclamar a la Administración la protección del polígono como nuevo polo cultural de la ciudad, una demanda que quieren que asuma la neonata Oficina Municipal de Planificación y Desarrollo de los Distritos del Sur y del Este de Madrid. En este marco, solicitan la protección urbanística de los actuales edificios y de sus nuevos usos, con el fin de paralizar la construcción de pisos de viviendas. “Viviendas como las que ya se están levantando y que los vecinos del barrio, que tienen rentas modestas, no podrán comprar jamás”, aclara Gabriel Lozano, de la Asociación Vecinal General Ricardos y uno de los impulsores de la protección del ISO.
Asociaciones y artistas también piden la aprobación de planes de ayuda para rehabilitar y adecuar los inmuebles, así como “incentivos fiscales para propietarios e inquilinos” y “subvenciones, ayudas y programas específicos para la promoción y potenciación de la actividad artístico-cultural”. Por ende, solicitan un compromiso por el “fomento de la interacción vecinal y las influencias y sinergias del polígono con el barrio”.
El pasado 30 de enero, el delegado del Área de Coordinación Territorial y Cooperación Público Social, Nacho Murgui, y la concejala presidenta de Carabanchel, Esther Gómez, tras visitar el polígono y reunirse con representantes vecinales y de los artistas, hicieron público su compromiso con el desarrollo del espacio, “un ejemplo de vitalidad, de innovación, de capacidad de iniciativa, de emprendimiento” en palabras de Murgui. Gómez, por su parte, defendió que “los barrios del sur tengan una vida coexistente entre la vida vecinal de toda la vida y la nueva actividad que viene con fuerza y que es muy respetuosa con lo que se está encontrando”.
No todas las necesidades y demandas de los defensores del ISO afectan a la Administración local, y en estos momentos, a través de una mesa de trabajo, avanzan en la elaboración de un “proyecto de protección” para la zona que necesitan que “hagan suyo” las “administraciones central y autonómica y los distintos grupos políticos”. La mesa se sustenta en cinco agentes: asociaciones vecinales, colectivos de artistas plásticos y visuales, colectivos de artistas musicales y locales de ensayo, colectivos de artistas escénicos y, por último, gestores culturales. Juntos, tratarán en las próximas semanas de que los partidos en liza para las elecciones de esta primavera incluyan en sus programas la defensa del nuevo espacio cultural. “De esta manera, sería posible conseguir el desarrollo de este proyecto de cara a la próxima legislatura, para convertir este barrio en un nuevo polo artístico cultural de la ciudad”, subraya la mesa, que en estos momentos prepara un “censo y mapa de la actividad artístico-cultural” de San Isidro.
Esta actividad cuenta hoy con eventos de enorme interés como el festival de arte Art Banchel, el festival musical FMO o el llamado Carajillo de ARCO, una visita de agentes culturales y galeristas internacionales que organizan los estudios Mala Fama y Nave Oporto durante la feria internacional.
En su pelea, artistas, artesanos y vecinos se han encontrado un aliado natural, la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM), cuyo responsable de Urbanismo y Vivienda, Vicente Pérez Quintana, ha mantenido diversos encuentros con sus portavoces. En ellos se han perfilado diferentes propuestas y reivindicaciones para el espacio cultural. La FRAVM, junto a las asociaciones vecinales de la llamada Asamblea de los Barrios del Sur y el Este de Madrid, lanzó hace unos meses la propuesta de poner en marcha un plan estratégico para el desarrollo de los distritos de esta zona, un gran proyecto destinado a reducir el enorme desequilibrio territorial que persiste en la capital. El polo cultural ISO engarza a la perfección en esta estrategia, que en este último trimestre ha dado sus primeros pasos con la creación de la citada Oficina Municipal de Planificación y Desarrollo de los Distritos del Sur y del Este de Madrid.
Foto: Ayuntamiento de Madrid
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