De entrada, muchos vecinos y vecinas no entienden que el Consistorio vuelva a levantar las calles en su recorrido apenas seis meses después de la última operación asfalto.
El Ayuntamiento aseguró a la asociación vecinal que el trazado del Bus Rapid colaborará en el calmado de la velocidad de tráfico, pero la entidad se pregunta cómo terminará con la elevada densidad de tránsito de vehículos que utilizan diariamente Sanchinarro para acceder a las principales vías de comunicación que rodean al barrio. Como consecuencia directa, también le preocupa, en gran medida, el aumento que provocará de los niveles de contaminación atmosférica y acústica.
Las obras que se están acometiendo en la calle Ana de Austria, donde está ubicado el Centro de Salud de Sanchinarro, servirán para reducir sus carriles a uno solo. “Esto afectará al tráfico en las inmediaciones de la zona, pudiendo provocar situaciones de riesgo ante cualquier emergencia”, alerta la entidad vecinal.
Además, tras las obras del Bus Rapid, la avenida de Pí y Margall, actualmente de tres carriles, mantendrá dos carriles para el tráfico de vehículos y en aquellas partes donde se instalen plataformas para el autobús, se eliminará la zona de aparcamiento.
Por otro lado, “sabemos que se ha talado en su bulevar, al menos, dos árboles supervivientes a la Filomena con más de veinte años de vida que proporcionaban sombra entre otros beneficios, sin comprender por qué no se ha procedido previamente al traslado de ambos, evitando así su muerte”, denuncia el colectivo vecinal.
La asociación ha solicitado a Mª Dolores Ortiz Sánchez, responsable de la Dirección General de Planificación e Infraestructuras de Movilidad del Ayuntamiento de Madrid, el plan de movilidad del Bus Rapid y continúa a la espera de que le envíe la información técnica del proyecto.
Mientras tanto, el entidad recogerá cualquier incidencia que afecte al vecindario, sin descartar la organización de “cuantas acciones consideremos necesarias para que nos tengan en cuenta”.