El Arzobispado sigue sin recibir a los vecinos de Alameda de Osuna

“Hemos encontrado la misma frialdad que en la primera visita”, afirmó Julián Moreno, portavoz de la asociación de vecinos Familiar de Alameda de Osuna, después de entregar en la sede arzobispal mil nuevas firmas demandando la cesión de la antigua parroquia del Padre Nuestro para equipamientos sociales. La jerarquía eclesiástica, cuyo propósito es vender el inmueble al mejor postor, se negó de nuevo a escuchar la propuesta de los vecinos de este barrio de Barajas.

El Arzobispado sigue sin recibir a los vecinos de Alameda de Osuna
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Como hicieran el pasado 16 de octubre, varios representantes de la entidad vecinal entregaron esta mañana mil nuevas rúbricas en el registro del Arzobispado de Madrid, en la calle Bailén. Y como en aquella ocasión, los funcionarios de la Iglesia les atendieron con total indiferencia. “Hemos vuelto a pedir que nos reciba algún responsable del Arzobispado, pero lo único que hemos conseguido, después de esperar bastante tiempo, ha sido el número de teléfono de una secretaria de Rouco Varela, nada mas”, indicó Moreno.

Esta indiferencia contrasta con el calor que están recibiendo de los vecinos del barrio, quiénes, de manera mayoritaria, apoyan la reclamación de la asociación. Las dos mil adhesiones conseguidas hasta la fecha son una muestra de ello.

Los vecinos de Alameda de Osuna demandan que la Iglesia ceda al Ayuntamiento o a la Comunidad de Madrid la antigua parroquia del Padre Nuestro para que una de estas instituciones la convierta un centro público carente en el barrio: una guardería, una escuela de música o un centro para mayores. Los responsables eclesiásticos, que el pasado mes de julio pusieron a la venta la parcela y trasladaron la sede parroquial a un inmueble mucho más grande en el centro del barrio, sostienen que la venta servirá para sufragar los gastos de la nueva iglesia.

La citada asociación apela a la sensibilidad de la Iglesia católica para que atienda las demandas vecinales y no se lucre con un espacio por el que nunca pagó nada. La parroquia de la polémica fue construida a principios de los setenta en un solar de 400 metros cuadrados donado por la empresa Bareco a la Iglesia, que en un primer momento iba a ser destinado a jardines.

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