El 16 de abril pasado, cincuenta familias del barrio de San Cristóbal de los Ángeles (Villaverde), temporalmente realojadas en La Perla de San Fermín (Usera), recibieron una notificación por la que la Consejería de Educación les anunciaba la supresión, el próximo curso, de la línea de transporte escolar que, diariamente, trasladaba a sus hijos a los colegios de su barrio.
El desarrollo de las obras de rehabilitación del ARI San Cristóbal obligó a medio centenar de familias a abandonar sus viviendas y a ser temporalmente realojadas por la Empresa Municipal de la Vivienda y el Suelo de Madrid (EMVS) en La Perla de San Fermín (Usera) toda vez que la imposibilidad de rehabilitar sus casas obligó a derribarlas para acometer su posterior reconstrucción.
La Consejería de Educación puso a disposición de las familias desplazadas un autobús para trasladar a sus hijos a los centros en los que llevaban años escolarizados “para no alejarlos de su entorno -recuerdan las familias afectadas- y no interrumpir el normal desarrollo de su formación educativa, que podría verse seriamente afectada con un cambio de colegio”.
La supresión de la ruta escolar es “un problema grave” para las familias. “No hay ninguna línea de autobús que comunique directamente San Cristóbal con La Perla, como cuando se juega el Open de Tenis. Los niños -advierten- tendrían que caminar 15 minutos para coger el autobús y volver a caminar otros 10 minutos para llegar a los colegios de San Cristóbal en los que están escolarizados“.
“El transporte escolar no es un lujo o un capricho. Es una necesidad -insisten-. Estamos en una situación económica crítica: muchos de nosotros hemos perdido nuestro empleo, seguimos pagando la hipoteca de una casa que no podemos disfrutar, los gastos de construcción de la nueva vivienda y los suministros de las viviendas de realojo en las que vivimos. El pago del transporte de nuestros hijos es un gasto -concluyen- que no podemos afrontar. A la Consejería de Educación, sin embargo, sólo le cuesta 30.000 euros anuales” remachan. Además, recuerdan “el Gobierno adquirió el compromiso de poner a nuestra disposición un autobús hasta nuestro regreso al barrio”.
Hasta el momento, ninguna de las cartas que han dirigido a la presidenta del Gobierno regional, Esperanza Aguirre; a la consejera de Educación, Lucía Figar; al alcalde de la capital, Alberto Ruiz-Gallardón; a Concepción Dancausa, responsable del Área de Gobierno de Familia y Servicios Sociales y al concejal de Villaverde, Joaquín Martínez, pidiendo el mantenimiento de la ruta han obtenido respuesta, por lo que familiares de los niños afectados y representantes de las asociaciones vecinales del barrio se concentraron esta tarde frente a la sede de la Consejería de Educación.
El caso, denuncia la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid (FRAVM), no es aislado. La Consejería de Educación ha advertido que, “a pesar de la difícil accesibilidad al centro docente de Ciudad de Guadalajara de los alumnos residentes en el Barrio del Aeropuerto como consecuencia de la peligrosidad que implica la barrera natural de la autovía M-14” ha decidido suprimir la ruta de transporte escolar que diariamente trasladaba a los niños del barrio del Aeropuerto a su colegio.
Para poder llegar a su colegio, denuncia Rufino Martínez, presidente de la AV Barrio del Aeropuerto, “los niños tienen que atravesar descampados, puentes con escasa seguridad y dar grandes rodeos para salvar los desniveles provodados por las carreteras M-22, la de acceso a Madrid-Barajas, el acceso a la M-14 y la avenida de la Hispanidad”.
También los cerca de 40 alumnos y alumnas del barrio de Las Tablas que acuden diariamente al IES San Fernando se quedarán sin transporte el próximo curso. “La Consejería de Educación -denuncia Lorenzo Álvarez, presidente de la AV Las Tablas- les obliga, al negarse a construir un instituto en Las Tablas, a trasladarse a un centro alejado de sus domicilios sin comunicación por transporte público. Ahora no pueden eliminar la ruta de transporte escolar. Y si es así -remacha- exigimos la inmediata construcción de un instituto en Las Tablas. Ya hay -recuerda- más de 30.000 vecinos viviendo en el barrio’.