Cuatro columnas ciclistas reclaman equipamientos educativos públicos de calidad

Por cuarto año consecutivo, siguiendo el llamamiento de la Comisión de Educación de la FRAVM, asociaciones vecinales y AMPAs se manifestaron el pasado domingo para reclamar a la Comunidad de Madrid infraestructuras educativas suficientes, dignas y adecuadamente mantenidas. Varios cientos de personas, en bicicleta y a pie llevaron esta demanda hasta la sede del Gobierno regional procedentes de los cuatro puntos cardinales de la capital.

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Colegios masificados junto a centros escolares que pierden aulas y líneas, graves carencias en mantenimiento y conservación, centros a medio construir, retrasos desesperantes en la apertura de equipamientos aprobados hace años, familias obligadas a desplazarse a diario varios kilómetros porque en sus barrios carecen de colegio o instituto públicos, deterioro de la calidad de la enseñanza pública mientras se favorece sin tapujos a la escuela privada concertada…esta es la realidad de la educación pública en la Comunidad de Madrid, la misma realidad que ha llevado a la FRAVM a organizar, desde hace cuatro años, años tras año, una marcha como la de este domingo. Y es que, tal y como indicaron a su término ante la sede del Gobierno regional los portavoces de Educación de la federación, “estamos aquí de nuevo porque nada ha cambiado desde nuestra última visita, hace más de un año”. “Con esta marcha denunciamos el constante ataque que la Administración regional de la Comunidad de Madrid sigue realizando sobre la educación pública. Con ella recordamos que cientos de alumnos y alumnas llevan varios cursos desplazándose a varios kilómetros de sus domicilios para seguir cursando sus estudios o que, sencillamente, siguen viendo sus centros masificados, compartiendo espacios reducidos, con centros en obras o pendientes de ampliación, o hacinados porque la Comunidad de Madrid ha acordado cerrar aulas, grupos y líneas sin valorar realmente estas medidas”, afirmó ante los manifestantes Fernando Mardones, de la Comisión de Educación de la FRAVM.

Lo hacía dos horas después de que cuatro columnas ciclistas se pusieran en marcha rumbo a Sol desde barrios que se encuentra movilizados para conseguir mejores equipamientos educativos. Lugares como el suyo, Montecarmelo, uno de los PAU de la capital en el que, al igual que otros como Las Tablas, Sanchinarro o el Ensanche de Vallecas, abundan los colegios masificados y carece de un centro de secundaria público. El origen de la marcha Norte se situó en Montecarmelo, y desde allí atravesó buena parte de Fuencarral hasta la Plaza de Castilla, para discurrir después por la calle Bravo Murillo, la glorieta de Cuatro Caminos y desde allí llegar hasta la fuente de La Cibeles después de recorrer Chamberí. La columna Este, por su parte, arrancó desde dos lugares distintos en los que la comunidad educativa lleva años reivindicando la construcción de un instituto: el barrio de Rejas y Vicálvaro. Los dos grupos confluyeron en Ciudad Lineal, y desde allí se desplazaron hasta la fuente de la diosa circulando por la calle Alcalá. Varias decenas de ciclistas, muchos de ellos niños, portaban camisetas con la leyenda “Instituto de Rejas ya”, lo que da fe de la importante movilización que vive este peculiar barrio de San Blas rodeado de autovías.

La marcha Sur comenzó en Butarque (Villaverde), precisamente ante el Instituto Juan Ramón Jiménez, el mismo centro que la vecindad reclama que, de una vez por todas, sea finalizado. El Gobierno autonómico lo inauguró hace tres años y alumnos y profesores deben convivir a diario con molestas obras. Esta columna ciclista recorrió buena parte de Villaverde y Usera antes de llegar a la glorieta de Pirámides, donde se encontró con la marcha Oeste, que había arrancado media hora antes del auditorio del Parque de Aluche.

Mientras las columnas Este y Norte confluían en Cibeles junto con un grupo de manifestantes que las esperaban para marchar a pie, las marchas Sur y Este pedalearon por Arganzuela y el barrio de Embajadores hasta llegar a Sol. Todos los grupos se reunieron finalmente frente a la Casa de Correos, sede de la presidencia de la Comunidad de Madrid, y hacia su nuevo inquilino fueron destinadas la mayor parte de las críticas y reivindicaciones.

Recordemos que este curso, 1.195.810 alumnos y alumnas iniciaron sus clases en las enseñanzas del régimen general en nuestra comunidad autónoma, 16.625 más que el curso anterior, mientras el Gobierno regional ha incrementado un 3,2% su presupuesto en Educación respecto a 2017, una subida ligeramente superior a la inflación pero inferior al crecimiento del PIB de 2107 (3,4%). A pesar de que la Comunidad de Madrid es una de las regiones más ricas del Estado, ostenta el dudoso honor de ser la que menos gasta por alumno y la que dedica un porcentaje menor de su PIB a educación (un 2,1% frente al 5% del PIB que destina Euskadi). A esto hay que sumar la apuesta decidida del Gobierno regional por beneficiar a la enseñanza privada en los últimos años, lo que se ha traducido en que el 45% del alumnado de la región estudia hoy en día en centros privados, la mayoría subvencionados a través de conciertos con la Consejería de Educación. Durante 2018, el Gobierno regional destinará más de 1.000 millones de euros del presupuesto anual de la Comunidad a sufragar a la escuela privada concertada.

Sin duda, nuestra educación pública necesita una fuerte inyección económica si deseamos recuperar todo lo perdido en la última década y garantizar tanto la calidad como la igualdad de oportunidades del alumnado. No es de recibo que un año después de la última marcha ciclista por unos equipamientos de calidad organizada por la FRAVM sigamos arrastrando los mismos problemas.

De hecho, según una encuesta del pasado mes de abril elaborada por la Comisión de Educación de la federación en la que han participado 67 asociaciones vecinales y AMPAs de 14 municipios de la comunidad autónoma, el 40,6% considera que la oferta de plazas en centros educativos públicos es “muy mala” en relación a la demanda de la zona, mientras el 18,8% la valora como “mala”. Es decir, para un 59,4% la oferta de plazas es mala o muy mala, mientras solo un 9,5% la considera como “buena”. Además, el 86,2% de las asociaciones participantes confirma la existencia de “problemas de mantenimiento” en los centros públicos de su municipio o distrito y el 42,2% califica su estado de conservación como “malo” o “muy malo”. Para el 42,2% la situación es aceptable y para el 14,6%, buena.

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