Un estudio encargado por el Ayuntamiento de Madrid confirmó, hace aproximadamente diez años, lo que los vecinos de San Luciano (Villaverde) sufren desde 1986, año en que se construyó ese tramo de la M-40: el tráfico de esta carretera genera a su paso por la colonia -situada entre los puentes de la avenida de Córdoba y el de Barreiros-, ruidos que superan los 75 decibelios de media diaria, 10 decibelios por encima del máximo permitido por la ordenanza contra el ruido de Madrid durante el día y 20 más durante la noche.
Pedro Serrano, presidente de la AV La Amistad de San Luciano señala que “cuando se construyó la carretera, nosotros ya estábamos aquí. Tenemos derecho, por tanto, a que la Administración nos resarza de todas las molestias que el ruido genera”.
La entidad propone, por tanto, el soterramiento de la carretera “aprovechando que pasa en trinchera y que la obra sería realtivamente sencilla de llevar a cabo. La operación permitiría, además, eliminar la fractura urbanística de la M-40, un verdadero muro de Berlín que nos separa de la cercana Orcasur. Por último, el terreno público ganado serviría para construir los equipamientos públicos que nos faltan”.
La asociación pide a los titulares del Ministerio de Fomento, del Ayuntamiento de Madrid y del Gobierno regional que lleguen a un acuerdo para responder a estas reivindicaciones. “Llevamos más de veinte años viviendo con unos niveles de ruido insoportables y no es justo. Nosotros no decidimos vivir junto a una carretera cuyo tráfico no deja de crecer. Nos duele, por tanto, que el alcalde estudie soterrar la M-40 a su paso por San Blas para permitir que los deportistas de los Juegos Olímpicos puedan ir andando desde el estadio de La Peineta hasta la Villa Olímpica y no hayan hecho nada en todos estos años para mitigar la contaminación acústica de quienes día a día soportamos `olímpicamente’ un ruido que, recordamos, supera lo establecido por las ordenanzas municipales y lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud”.