En junio de 2014 y, tras una intensa serie de movilizaciones vecinales, la parroquia de Santa Catalina Labouré, del grupo religioso ultraconservador Camino Neocatecumenal conocido como ‘los kikos’ por el nombre de su fundador Kiko Argüello, anunciaba que desistía de construir una cripta en una parcela obtenida tras una permuta con el Ayuntamiento de Madrid en el barrio carabanchelero de Comillas. No renunciaba, sin embargo, a seguir adelante con la construcción de zonas verdes, un aparcamiento y una capilla.
La decisión fue anunciada durante un pleno de la junta municipal de Carabanchel. Desde entonces, la plataforma ciudadana constituida para frenar la construcción del complejo había insistido en obtener el compromiso por escrito, sin éxito alguno. Tampoco logró la reversión de la parcela en la que la parroquia pensaba construir el aparcamiento y la capilla al Ayuntamiento para reclamar su destino a equipamientos públicos. Es más, las obras han comenzado ya, “ignorando las más de 6.300 firmas presentadas, las movilizaciones vecinales y las reuniones mantenidas con todas las partes interesadas para buscar una salida negociada al conflicto creado: la parroquia y el Arzobispado de Madrid; la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Madrid y la plataforma vecinal”.
Los portavoces de la plataforma denuncian que la “licencia de la cripta ha caducado”, pero la parroquia “no renuncia al proyecto” ni el Arzobispado quiere permutar la parcela para uso del barrio.
La Iglesia, denuncian, “solo pretende el beneficio económico y especulativo de una permuta poco transparente y desconocida hasta hace un año por el vecindario” y el Ayuntamiento “se lava las manos y favorece al Camino Neocatecumenal en detrimento de un barrio necesitado de equipamientos públicos”, por lo que retomarán las movilizaciones.