El 20 de septiembre Naciones Unidas celebrará en Nueva York una cumbre sobre ambición climática. Un nuevo diálogo en el que la comunidad internacional sigue sin ser capaz de lograr cambios efectivos capaces de limitar el incremento de la temperatura global por debajo de 1,5 ºC. Ante esta cumbre, Fridays for Future-Juventud por el Clima y la Alianza por el Clima (y por tanto la FRAVM) han decidido hacer suyo el llamamiento internacional para exigir poner fin al uso de los combustibles fósiles de manera rápida, justa y definitiva.
Las organizaciones firmantes del manifiesto que señalan que las emisiones mundiales siguen creciendo, a pesar de los eventos meteorológicos extremos cada vez más frecuentes como la contínua ruptura de récords de altas temperaturas, el incremento de episodios de lluvias torrenciales o de extrema sequía en España. Unos fenómenos que se repiten por todo el mundo, los incendios forestales desde Canadá a América del Sur, las lluvias torrenciales en lugares como Bangladesh y el calentamiento de los océanos muestran el enorme coste en forma de pérdidas alimentarias, económicas y en vidas de la falta de acción frente a la emergencia climática, así como su efecto nocivo para la biodiversidad. Ante esta catastrófica dejación de funciones internacional, las organizaciones exigen una descarbonización mundial rápida, justa y definitiva. Unas reducciones de las emisiones de gases de efecto invernadero que en nuestro país deberían alcanzar en 2030 el 55% menos de emisiones de gases de efecto invernadero respecto a las registradas en 1990.
Colectivos climáticos y organizaciones sociales vuelven a convocar a toda la ciudadanía a manifestarse el próximo 15 de septiembre en numerosas ciudades y municipios. Un nuevo grito ciudadano para exigir justicia climática, que pasa por poner un fin rápido, justo y definitivo a los combustibles fósiles. Un llamamiento que se extenderá con diversas acciones por todo el planeta para exigir que la comunidad internacional ponga una fecha de fin a este tipo de energía demasiado cara para las personas, los ecosistemas y el planeta.
El manifiesto presentado por las organizaciones firmantes pone de nuevo importantes demandas para que se produzca esta necesaria transición a un mundo dentro de los límites planetarios. Entre ellas, la demanda histórica de un régimen de incompatibilidades que ponga freno a los intereses fósiles y de las grandes empresas contaminantes. Unas empresas que no están dudando en buscar en la complicidad de los gobiernos el apoyo a la creación de nuevas infraestructuras fósiles, o buscar nuevas yacimientos, proyectos que deberían paralizarse.
Para las organizaciones convocantes no es válida cualquier descarbonización, sino que debe atender a los principios de justicia social y económica, enfrentando la tremenda desigualdad que se manifiesta, por ejemplo, en que los más países ricos son los principales responsables de esta emergencia climática que soporta toda la población y, especialmente, la más vulnerable, como ha ocurrido en todas las crisis recientes. Una desigualdad que se muestra en la deuda histórica y de carbono acumulada por los países del Norte al Sur global, por ello, es necesario por poner fin a las relaciones que imponen a toda una ciudadanía del Sur los intereses del Norte, reparar a través de la transferencia de tecnologías, capacidades y una financiación adicional, suficiente y adecuada a la elevada deuda histórica contraída.
Finalmente el manifiesto señala cómo poner fin de una forma definitiva a los combustibles fósiles es imprescindible para garantizar un futuro que merezca la pena ser vivido. Todo ello a través de soluciones técnicas, sociales y legislativas que son necesarias para afrontar el reto de la descarbonización, la reducción neta del consumo de energía, una transición justa para todas y el desarrollo de un mundo sostenible dentro de los límites del planeta. Solo será posible la justicia climática si va de la mano de la protección de la naturaleza y de los derechos humanos.