Están por todas partes: en la calle, en los portales, en los balcones y el interior de algunas viviendas. En estos días se les ha visto incluso en las últimas plantas de algunos edificios, sextos y séptimos pisos, y en tendederos. Una vecina descubrió una en su caldera de agua y en diversos rincones puedes ver su rastro de heces.
El Barrio de los Puertos, en Arganzuela, sufre desde hace semanas una auténtica plaga de ratas, aunque el problema surgió en verano, después de que el Ayuntamiento ejecutara unas obras de ampliación de aceras en la calle Puerto de Béjar. Como consecuencia de los trabajos, las canalizaciones de agua han estado unos tres meses al aire libre, lo que sin duda han aprovechado los roedores para salir al exterior y alojarse en edificios de viviendas. El problema afecta actualmente a varios centenares de familias que residen en las calles Puerto de Miravete, Puerto de la Cruz y la citada Puerto de Béjar.
Tanto el Consistorio como los administradores de los inmuebles conocen la situación, pero esta parece lejos de resolverse. Varios vecinos y vecinas han presentado quejas y demandas en el Departamento de Control de Vectores del Ayuntamiento, y técnicos de este servicio se han desplazado a la zona para colocar trampas en el subsuelo. Las comunidades de propietarios, por su parte, tratan de frenar la expansión de los roedores con la instalación de sus propios cepos.
Sea como fuere, estas actuaciones no han conseguido reducir la molesta plaga y, ante los evidentes riesgos para la salud de la vecindad, los hogares afectados y la asociación vecinal del barrio han decidido dar la voz de alarma. De esta manera, la Asociación Vecinal Nuevo Legazpi demanda al equipo de Gobierno de José Luis Martínez-Almeida una intervención urgente y coordinada con los administradores fincas con el fin de atajar de una vez por todas un problema que ya dura demasiado tiempo.