Los tres colectivos conforman la Mesa por el Cierre de la Incineradora de Valdemingómez, que con el apoyo de Amnistía Internacional organizaron la exitosa caminata, un recorrido circular de 9 kilómetros que salió a las 11:00 de la estación de Metro de La Gavia e hizo parada ante la polémica incineradora.
En este lugar, Quique Villalobos, presidente de la FRAVM y vecino del Ensanche de Vallecas, leyó un comunicado que recuerda que el último contrato de la incineradora venció el 4 de junio de 2020 sin posibilidad de renovación. “Cualquiera entendería que, debido a algún problema burocrático, la adjudicación se hubiese retrasado dos o tres meses ¿pero casi dos años? ¿Qué ha podido pasar para que el Ayuntamiento dirigido por aquellos que presumen de “saber gobernar”, de ser impecables gestores, no haya sido capaz de adjudicar este servicio en un año y algo más de siete meses? Parece claro que la gestión de Valdemingómez apesta más que la propia basura”, indicó ante las y los manifestantes.
“Casualmente, poco después de anunciar esta nueva marcha a la incineradora, y a raíz de que la prensa señalase lo que la Mesa por el Cierre de la Incineradora de Valdemingómez y la oposición veníamos denunciando desde hace tiempo, esto es, la escandalosa, por irregular, situación de la incineradora, Almeida adjudica el contrato en la Junta a de Gobierno de la semana pasada, qué casualidad y, con ello, definitivamente nos condena a cinco años más de contrato, que suponen el abandono definitivo de la hoja de ruta para el cierre de esta arcaica industria de la quema de lo que podrían ser recursos”, informó Villalobos.
“Y es que ellos -continuó- han querido siempre que la incineradora siguiera operando a pleno rendimiento, costase lo que costase y de la forma que fuese, con o sin estrategia, con o sin contrato. Poco les importa que el único estudio epidemiológico realizado por el Ayuntamiento de Madrid señale una presencia de dioxinas y furanos en el Ensanche de Vallecas que triplica a la obtenida en la Calle Montesa del distrito Salamanca”, aseguró.
“Cuatro años después de aquello ¿dónde están los estudios y sus mediciones? siempre nos han dicho que los estudios estaban contratados, que se estaban haciendo, que eran complejos y que no podían darnos datos parciales, etc., etc. volvemos a repetir ¿dónde están los resultados de esas mediciones?¿en la cola de impresión, como el contrato de la incineradora?” se preguntó ante la instalación, antes de recordar que el origen de su peligrosidad está en sus emisiones, que contienen “desde benceno y metales pesados (Arsénico, Cadmio, Cobalto, Cromo, Manganeso, Níquel y Plomo) a las funestas dioxinas y furanos, que son los compuestos químicos más perdurables en los humanos”.
Los organizadores de la marcha denunciaron también que el Consistorio lleva sin publicar la memoria anual de Valdemingómez desde 2019. “En realidad, lleva sin rendir cuentas públicamente con regularidad durante todo el actual mandato, ya que la memoria de 2019 fue publicada en abril de 2021. Y esos son los últimos datos oficiales con los que contamos. Datos que son muy preocupantes, porque nos dicen que Madrid no camina en la necesaria senda de la reducción de residuos. Así, en 2019 entraron en el parque tecnológico de Valdemingómez 1.341.450 toneladas de residuos, 10.573 toneladas más que en 2018. De ese total la Incineradora destruyó el 24,82%, 332.980 toneladas, a razón de 912 toneladas cada día. 4300 toneladas más que en 2018, que había registrado el máximo histórico de incineración”, recoge el comunicado de la marcha.
Con la chimenea de la incineradora de Las Lomas de fondo, Quique Villalobos expuso las cuatro demandas principales de la Mesa por el Cierre de la Incineradora:
– El diseño y ejecución de un Plan de Cierre de la Incineradora de Valdemingómez, que respete los plazos previstos en la Estrategia de Prevención y Gestión de Residuos de la Ciudad de Madrid, fijados en la reducción de la incineración al 50% en 2022 y cierre definitivo en 2025. Si pudiera ser antes, mejor que mejor. Veinticinco años de incineración eran demasiados, treinta serán excesivos, más años aún sería directamente un disparate.
– La licitación y puesta en marcha del contrato de mediciones mensuales en inmisión de contaminantes orgánicos persistentes, en el entorno del Parque Tecnológico de Valdemingómez, realizadas por un organismo o empresa de independencia acreditada y que dé acceso a los datos de forma transparente y continua a la ciudadanía.
– La creación de una Comisión de Seguimiento del Plan de Cierre de la Incineradora de Valdemingómez, participada por entidades sociales, vecinales y ecologistas.
– La agilización de la creación aprobación y tramitación de la Estrategia de Prevención y Gestión de Residuos de la Ciudad de Madrid, sin dejar de trabajar en la implementación de políticas responsables dirigidas a la reducción de la generación de residuos y a su gestión enmarcada en los principios de la economía circular, el respeto al medio ambiente y el cuidado de la salud pública. 18 meses a contar desde septiembre de 2021 nos parece mucho tiempo, cuando ya contamos con texto de partida.