La vecindad de Campamento, en el distrito Latina de Madrid, reclama desde hace más de un año algo tan básico como que los conductores cumplan la ley a su paso por la zona. Es decir, que, tal y como marca la Ordenanza de Movilidad Sostenible del Ayuntamiento de Madrid y desde hace unos meses el Reglamento General de Circulación, respeten el límite máximo de velocidad de 30 km/h cuando transitan por vías urbanas de un único carril por sentido, como es el caso de la congestionada carretera de Boadilla del Monte que atraviesa el barrio. Esto ayudaría a reducir los elevados niveles de ruido y contaminación atmosférica que afectan a diario a la salud y bienestar de sus vecinos y vecinas, además de mejorar la seguridad vial.
Pero, después de cinco reuniones de la asociación vecinal del barrio con responsables del Área de Movilidad y Medio Ambiente del Consistorio, la presentación por registro de cuatro escritos con demandas y propuestas, y una manifestación de protesta, todo sigue igual. Por ello, cansada de esperar una actuación que nunca llega, la Asociación de Vecinos de Campamento ha presentado esta mañana una petición al Defensor del Pueblo en la que solicita su intervención “para que la normativa en cuanto a los límites de velocidad y ruido se cumpla en la carretera de Boadilla del Monte”. En definitiva, para que el Ayuntamiento que dirige José Luis Martínez-Almeida haga cumplir la legislación.
En el documento que ha registrado en la Oficina del Defensor, Ángel Gabilondo, la entidad aporta cifras que dan fe del grave problema de tráfico que padece Campamento. El barrio está rodeado de tres vías, el Paseo de Extremadura (120.000 vehículos al día), la carretera Carabanchel-Aravaca (45.000 vehículos) y la carretera de Boadilla del Monte (30.000 vehículos), “lo que supone más de 200.000 vehículos diarios”. “Esta enorme cantidad de tráfico, en un área tan pequeña, supone un gran problema para la salud y bienestar de los vecinos y vecinas”, subraya la asociación, que desde febrero de 2021 reclama al Ayuntamiento que, como medida para calmar el tráfico, haga respetar los límites de velocidad en la carretera de Boadilla del Monte, una vía que a pesar de su nombre, en su paso por el barrio es una calle urbana. “Además, hay que tener en cuenta que parte de esta calle es considerada zona BIC (Bien de Interés Cultural), por estar a pocos metros de la Casa de Campo”, puede leerse en el documento enviado al Defensor.
“Muy pocos coches respetan el límite de 30 km/h, lo normal es que circulen a 50 km/h, 60 km/h e incluso en algunos casos se triplica la velocidad permitida, sobre todo por la noche, lo que provoca molestias enormes”, indica Andrés Piñeiro, presidente de la Asociación de Vecinos de Campamento. “No aguantamos más, y ya nos hemos cansado de que el Ayuntamiento no atienda nunca nuestras peticiones, que son lógicas y muy sencillas de ejecutar. En octubre, el delegado del Área de Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante, se comprometió en una reunión a instalar en la carretera de Boadilla señales verticales de prohibido circular a más de 30 km/h, pero ni siquiera eso se ha llevado a cabo”, se queja el representante vecinal. En ese encuentro también participó el responsable de Urbanismo de la FRAVM, entidad que siempre ha apoyado a la entidad barrial.
En su escrito, la asociación incluye otras propuestas que ha trasladado al Consistorio con el fin de mitigar el ruido y la contaminación y mejorar la seguridad vial en la carretera de Boadilla: la “instalación de pasos peatonales sobreelevados en todos los pasos de peatones”, el “asfaltado insonoro de la calle” y una “nueva regulación semafórica dando mayor tiempo de paso a los ciudadanos y algo menos a los vehículos”. Piñeiro indica que los peatones solo disponen de 17 segundos para atravesar la calle mientras los vehículos tienen 1 minuto y 25 segundos.
Un colegio y un centro de mayores afectados
El colectivo vecinal destaca en su petición a Ángel Gabilondo las molestias que sufren a diario las familias, el profesorado y el alumnado del Colegio de Enseñanza Infantil y Primaria Hermanos Pinzón, que se encuentra “a tan solo unos 10 o 12 metros de la carretera de Boadilla del Monte”, por lo que considera que en su entorno (el tramo entre la calle Galicia y la calle Carabias), los vehículos deberían circular no ya a 30km/h, sino a 20 km/h, tal y como establece la nueva ordenanza de movilidad del Ayuntamiento para las calles escolares y aledañas.
“También el Centro de Mayores de Campamento está situado a unos 15 metros de esa vía, por la que tiene una entrada”, informa la asociación, que entiende que la solución del problema a largo plazo pasa por que la carretera de Boadilla del Monte deje de ser una “carretera de tránsito” y se convierta en una vía urbana de verdad. Mientras tanto, la asociación vecinal seguirá demandando algo tan sencillo como que los vehículos circulen por ella como marca la ley, a menos de 30 km/h. En este marco, ha convocado una nueva manifestación para el próximo jueves 12 de mayo que a las 19:00 se iniciará ante el número 27 de la carretera de Boadilla del Monte.