El acto coincidirá con concentraciones simbólicas similares en otras ciudades y pueblos de España. En Madrid, está impulsada, de momento, por entidades tan diversas como Kelly Unión Madrid, el Servicio Doméstico Activo, GreenPeace, Riders X Derechos, la Plataforma de Centros de Salud, la Federación de Sindicatos de Periodistas, el Sindicato Independiente de Energía, Gestha, La Tribu de San Diego, la Fundación Baltasar Garzón, Mujeres de Negro, la Asamblea de Ciencias Malasaña, la Asociación Sindical SummAT112. Asamblea de Trabajadores, Federación de Asociaciones en defensa de la Sanidad Pública (FADSP), Los Verdes Independientes, Adelante Bebes Robados, Demos+, la Mareíta Roja de la Ciencia y la Plataforma SAR.
Tal y como reza el comunicado hecho público para la concentración del sábado, “vivimos una situación especialmente grave para la mayoría de la población y sobre todo para los sectores más débiles. La inflación nos hace más pobres ya que ni salarios ni pensiones están subiendo al ritmo que crece la inflación”.
Según las encuestas diversos medios, pero también según informes oficiales, de organizaciones sociales o de ayuntamientos y comunidades autónomas, más del 41% de la población reconoce abiertamente tener dificultades en estos momentos para pagar el recibo de la electricidad o el gas o mantener el nivel de alimentación que tenía antes de que la inflación se disparara…
Al mismo tiempo, los grupos económicamente más poderosos declaran grandes beneficios: hasta un 30% más ha ganado la gran banca en los últimos nueve meses, lo mismo que eléctricas como Iberdrola. La petrolera Repsol, por su parte, ha anunciado un aumento de sus beneficios en el tercer trimestre de este año de más de un 66%.
Ante esta situación, los colectivos que impulsan la movilización de ámbito estatal subrayan dos ideas: “la primera es que la unidad es una necesidad insoslayable si queremos hacer frente a esta crisis para que nadie quede atrás. Unidad con independencia de los diferentes criterios y formas de pensar. Una unidad abierta y constructiva”, sostienen.
“La segunda -continúan en su comunicado- es la necesidad de que esta crisis tienen que responder de ella los que más tienen. Que nadie tenga que sufrir la afrenta, el agravio de estar sufriendo pobreza en su casa mientras otros se enriquecen desmesuradamente”.
“Que los que más tienen paguen más”, en definitiva, para mejorar las condiciones de los más desprotegidos, “no solo es de justicia social, y una exigencia de solidaridad cívica, sino un factor económico para reactivar la economía y salir de verdad de esta crisis más fuertes individual y colectivamente como país”, concluyen.