Muchas vecinas y vecinos afectados por la actividad de la cocina fantasma de La Gran Familia Mediterránea en la calle Morando 6 (Tetuán, Madrid), propiedad del famoso chef Dani García, están convencidos de ser víctimas de un claro trato de favor del Ayuntamiento de Madrid hacia el cocinero y empresario. Y no es de extrañar. ¿Cómo explicar que su polémico negocio siga abierto a pesar de acumular una irregularidad tras otra?
La última tuvo lugar este fin de semana. La Gran Familia Mediterránea (marca de la mercantil Rima Gastronómica SL) trató de realizar obras en las chimeneas de la nave de Morando 6 sin ningún tipo de permiso o licencia, pero los vecinos y vecinas lo impidieron. En la mañana del sábado, tras cortar la calle, un camión contratado por la empresa descargó una grúa y una estructura metálica que en teoría iba a instalarse en la fachada del edificio para poder acceder a las chimeneas. Varias personas que presenciaron la operación, alarmadas por los riesgos para la seguridad del vecindario, llamaron a la Policía Municipal, y una patrulla se personó en el lugar y requirió la documentación de los trabajos a los responsables de la dark kitchen. Para su sorpresa, esta no tenía licencia de obra, ni declaración responsable, ni permiso para cortar la calle, y mucho menos autorización de la comunidad de propietarios. Finalmente, no sin antes insistir durante horas para poder continuar los trabajos, la compañía tuvo que desistir de su propósito.
“Esto es una pequeña victoria de los vecinos, pero hemos de seguir luchando hasta que cierren unas cocinas que deberían estar ubicadas en una zona industrial y no junto a nuestras viviendas. Estamos desesperados por los olores a fritanga mala que generan; por el ruido de los extractores, que suenan como las turbinas de un avión; por la ocupación de la vía pública de los riders, que muchas veces bloquean nuestros portales…problemas que sufrimos desde las 10 de la mañana a las 12 de la noche, el horario de actividad de las cocinas”, relata Raquel, una de las vecinas damnificadas. “Nos están haciendo la vida imposible, y por eso pensamos llevar el problema a los tribunales”, indica Raquel, que forma parte de la Plataforma de Afectados por las Cocinas Fantasma.
En septiembre, la FRAVM, que ha apoyado en todo momento a la plataforma y a los vecinos y vecinas de Morando, presentó una denuncia ante el Ayuntamiento de Madrid con el fin de que aclarara la situación legal de la cocina fantasma y explicara “públicamente la secuencia errática de decisiones que afectan al local a fin de despejar las dudas y sospechas de favoritismo que se han generado”. Además, pedía una inspección urgente del inmueble. La Federación Vecinal presentó su escrito tras comprobar que el 14 de septiembre Dani García había vuelto a abrir sus cocinas sin haber acometido ninguna acción que subsanase las irregularidades que llevaron al Ayuntamiento a decretar su cierre unas semanas antes.
“¿Por qué no se han hecho efectivas las resoluciones de cese y demolición [de las obras realizadas ilegalmente]? ¿Por qué la Agencia de Actividades (ADA) constata una serie de deficiencias y/o incumplimientos en julio y, sin embargo, se concede licencia de funcionamiento un mes después sin que se hayan realizado obras en el local en ese tiempo? ¿Por qué se concede licencia de funcionamiento estando vigente la moratoria [para las llamadas cocinas agrupadas]?” preguntaba la FRAVM a la gerente de la ADA en su denuncia. Rima Gastronómica SL no solo desobedeció la orden de este verano de demoler las obras que había realizado ilegalmente, sino que antes había desobedecido una resolución del Consistorio de cese y clausura de la actividad de cocina industrial “por carecer del preceptivo título habilitante”.
Informe negativo de Medio Ambiente
Tras la denuncia de la federación, técnicos de la Dirección General de Sostenibilidad y Control Ambiental del Ayuntamiento de Madrid realizaron dos inspecciones en el local, el 22 de septiembre y el 4 de octubre, que han dado lugar a un informe demoledor. Según este, tras medir “los niveles sonoros transmitidos por el funcionamiento de las chimeneas y sistema de climatización a máxima potencia”, la cocina industrial incumple la Ordenanza de Protección contra la Contaminación Acústica y Térmica (OPCAT) al superar el límite de ruido en 4 dBA. Además, la altura de las chimeneas es “insuficiente”, por lo que incumple también la Ordenanza de Calidad del Aire y Sostenibilidad (OCAS), y tanto los “elementos de cocinado instalados” como la “instalación y los equipos” del sistema de climatización “no se corresponden con lo indicado en el proyecto técnico”.
¿Cómo es posible que Dani García siga operando con total tranquilidad en Morando 6 después de este informe y del escandaloso historial de la cocina fantasma? reiteran los vecinos y vecinas afectados y la FRAVM.