Un minúsculo bar de Vallecas está consiguiendo movilizar a cientos de personas, de este distrito madrileño y más allá. Cosas que suceden cuando las causas son de justicia mayor, como es el caso de La Esquinita, que después de dar servicio durante 40 años al barrio de Los Pinos de San Agustín (Puente de Vallecas) tiene hoy una orden de desahucio como consecuencia del impago de tres meses de alquiler. Siguiendo el llamamiento de la asociación vecinal de la zona, el pasado 5 de julio más de un centenar de personas se concentró ante el local, impidiendo a la comisión judicial enviada para tal fin, la ejecución del desalojo.
Los responsables del juzgado decidieron entonces posponer el lanzamiento hasta el próximo 27 de julio, pero ni la citada asociación vecinal ni José e Isabel, la pareja que regenta el establecimiento, quieren agotar ese plazo. Por eso han convocado para el próximo miércoles a las 10:30 una concentración ante la Inmobiliaria Sandi, empresa propietaria del inmueble e impulsora del desahucio. No estarán solos. Además de sus vecinos y vecinas del barrio vallecano, al menos un autobús de familiares y amigos se unirá a la protesta procedente de su pueblo natal, Cuacos de Yuste (Cáceres). Los veratos no están dispuestos a dejar a su suerte a sus paisanos y ya han asegurado que si no se soluciona el problema para esa fecha, acudirán el mismo día 27 a tratar de parar el segundo intento de desahucio.
“El miércoles pediremos que algún responsable de la inmobiliaria, que pertenece a los Hermanos Santos, nos reciba para entregarle una carta que pide la suspensión del desalojo, pero si no quieren atendernos nos tendrán enfrente, gritando muy alto para mostrar cómo son en realidad”, sostiene Mariano Monjas, presidente de la Asociación Vecinal Los Pinos de San Agustín.
Situados en el número 125 de la calle Villalobos, los 30 metros cuadrados de La Esquinita son toda una institución en ese barrio vallecano. Un emblema que resiste como único superviviente de una galería comercial que en su día daba de comer a 60 familias. La galería y el local son propiedad de los Hermanos Santos, conocidos constructores y rentistas de la zona, que los explotan a través de la Inmobiliaria Sandi.
La empresa dispone de decenas de pisos, garajes y locales comerciales en Puente y Villa de Vallecas y otros distritos como Salamanca, Retiro, Latina o Moncloa, y aprovechó el retraso en el pago de tres recibos de alquiler en 2015 para denunciar a Isabel y José y conseguir una orden de desalojo. La pareja insiste en que no tiene ninguna deuda con la inmobiliaria ya que la canceló en el plazo de diez días que marcó el juzgado. “Nos van a dejar sin nuestro único sustento; está claro que quieren vaciar la galería para hacer otros negocios con ella”, indicó la semana del primer lanzamiento Isabel Ramos, que con 51 años esperaba llegar a la jubilación en La Esquinita. Y de igual manera su marido, José Alonso Martín, que tiene cuatro años más y padece una enfermedad grave. “¿Dónde voy a ir ahora con mi situación? Siempre hemos pagado y no tenemos ninguna deuda, pero con la crisis a veces nos retrasábamos. No es fácil pagar los 750 euros de alquiler”, afirmó entonces. Desde que conocieron las intenciones de los Hermanos Santos, apenas pueden dormir.
