Certificados que no son tales, promesas de prácticas que luego no se cumplen, titulaciones y certificaciones que parecen oficiales pero no lo son, publicidad engañosa…el equipo del Servicio de Dinamización de Empleo de la FRAVM, que desde hace casi diez años trabaja con personas desempleadas de barrios vulnerables de la capital, ha detectado en los últimos meses un incremento de ofertas formativas engañosas. Raro es el mes en que alguno o alguna de sus profesionales no atienda a una persona que ha sido víctima de una “estafa” de este tipo. ¿Te imaginas destinar tu escasa prestación por desempleo o una parte importante de tu reducida renta familiar, esa con la que debes de hacer malabares para llegar a fin de mes, a un curso que luego no te va a servir para nada? Por desgracia, sucede a diario, golpeando especialmente a parados con pocos recursos y baja formación y cualificación, y a veces sin la documentación en regla, lo que dificulta la presentación de denuncias. El problema se ceba en el eslabón más débil de una cadena que, sin duda, requiere más recursos en inspección y control, tarea que corresponde a nuestras administraciones.
“La desesperación y el cortoplacismo hace que personas en búsqueda activa de empleo a las que el Servicio de Dinamización de Empleo (SDE) atiende, necesiten con urgencia formaciones como certificaciones profesionales, carné de manipulación de alimentos, prevención de riesgos laborales y la Tarjeta Profesional de la Construcción (TPC), entre otras, para incorporarse a trabajar lo antes posible, ya que las empresas las demandan en las entrevistas de trabajo”, indica Julio López de la Sen, coordinador del SDE. “Y esto hace que -continúa- una parte de esas personas se inscriba en el primer curso que encuentra, a menudo por Internet, sobre todo si tiene un precio asequible, cayendo en auténticas estafas”. Pocos sectores se libran de este problema, pero es recurrente en aquellos que hoy presentan una elevada demanda, como el sociosanitario, la construcción, la hostelería o los idiomas.
Ante esta situación, además de reclamar a la Comunidad de Madrid un aumento de las inspecciones en los cursos privados de formación para el empleo, el SDE de la FRAVM ha iniciado una campaña informativa destinada a las personas desempleadas que requieren acciones formativas. Estos son los principales consejos del SDE:
- Las personas interesadas deben asegurarse que las empresas formadoras están registradas debidamente como tales.
- Se recomienda acudir a los servicios públicos de empleo o a entidades reconocidas con el fin de recibir asesoramiento profesional antes de tomar una decisión.
- Antes de abonar cualquier cantidad de dinero, es imprescindible leer atentamente todo aquello que REQUIERA FIRMA a la hora de realizar una formación, teniendo en cuenta que cualquier compromiso de contratación que no esté recogido por escrito, simplemente no es un compromiso firme, sino una promesa que puede no cumplirse.
- OJO con la letra pequeña. No olvides leerla antes de suscribir ningún compromiso.
- Ante la menor duda, INFÓRMATE, ASESÓRATE y acude a tu técnico/a de referencia.
- Si por desgracia has sido víctima de una estafa, no te calles, denúncialo. Evitarás que a otras personas les pase lo mismo.
En la actualidad, el SDE, que cuenta con financiación del Ayuntamiento de Madrid, está formado por un coordinador, una auxiliar administrativo y ocho profesionales especializados en información y orientación laboral que realizan su labor de dinamización en los locales de asociaciones vecinales de 16 barrios desfavorecidos de 11 distritos de la capital. En lo que va de año, estos técnicos han atendido a un total de 1.570 personas, la mayoría desempleadas de perfiles con baja empleabilidad. Este proyecto forma parte de los llamados Planes de Empleo de Barrio, que a su vez se inscriben en los Planes de Barrio (hoy Planes Integrales de Barrio), una actuación concertada entre la FRAVM y el Ayuntamiento de Madrid que en 2012 recibió el premio del Observatorio Internacional de Democracia Participativa como experiencia innovadora en materia de democracia participativa.