La iniciativa, que ha sido bautizada con el sugerente lema “Perfumemos Butarque”, se concreta en la recogida y difusión de datos de unos olores que provienen de tres depuradoras y de la macroplanta de residuos de Valdemingómez. Para tal fin, AVIB ha habilitado en su sitio web un formulario donde el vecindario puede anotar “las puntas de mal olor y sus características principales’. ‘Putrefacción’ y ‘ceniza quemada’ son dos de los tipos de olor que sugiere la encuesta.
“Anticipando una nueva callada por respuesta” de las administraciones y “ante un problema que no se corrige”, la entidad ciudadana ha puesto el caso en conocimiento del Defensor del Pueblo. “Y es que han sido varias las ocasiones en las que los vecinos se han dirigido al Ayuntamiento y a la Comunidad de Madrid, pero la ausencia de una legislación clara en este tema, y al tratarse de instalaciones que realizan una labor importante para la ciudad, ha sido imposible que alguien tomara en consideración su problema”, aclara el colectivo ciudadano.
Con esta denuncia, AVIB toma el testigo de la asociación vecinal del PAU-Ensanche de Vallecas, que tras comunicar al Defensor del Pueblo su queja por los malos olores procedentes de la planta de compostaje de Las Lomas de Valdemingómez, hace unas semanas trasladó el problema a la Fiscalía de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid.
“Los vecinos están expuestos a los caprichos de la dirección del viento, pasando de sufrir las pestes del denominado Parque Tecnológico de Valdemingómez (..) a cualquiera de las otras instalaciones que rodean el barrio y también fuente de malos olores, como son las depuradoras de la China, la Gavia, y la de Butarque”, sostiene AVIB, antes de añadir: “además, les resulta muy complicado demostrar la existencia de mal olor, y los mecanismos técnicos que podrían probarlo tienen un coste que los vecinos no pueden asumir”.
Los vecinos de Butarque y de los barrios próximos entienden que es un derecho poder respirar sin tener que soportar mal olor. Y recuerdan que no van a cesar en denunciar un hecho que “incomprensiblemente se produce en una capital europea en pleno siglo XXI”.
Más información: www.butarque.es