Más de 300 personas se concentran para protestar por la tala de árboles en la Vía Verde de la Gasolina

Ayer por la tarde, más de tres centenares de vecinas y vecinos del barrio de Alameda de Osuna (Barajas) se dieron cita en calle Rioja para protestar por la tala de unos 40 árboles por las obras de la llamada Vía Verde de la Gasolina. Las denuncias del vecindario, encabezadas por la Asociación Familiar Alameda de Osuna (AFAO), han conseguido paralizar de momento la eliminación de otros ejemplares.

Más de 300 personas se concentran para protestar por la tala de árboles en la Vía Verde de la Gasolina
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Tal y como puso de manifiesto en la concentración Julián Moreno, presidente de AFAO, los vecinos no entienden los motivos que se hallan detrás de la decisión del Ayuntamiento de ordenar la tala de unos árboles que, con más de 40 años de antigüedad, se hallan completamente sanos, y su ubicación no afecta de manera directa al desarrollo de las obras de la Vía Verde de la Gasolina. El pasado viernes varios operarios de la subcontrata Construcciones Ortiz, a petición del Consistorio, tenían previsto destruir 58 ejemplares de diferentes especies que se hallan a la altura del número 5 de la calle Rioja, pero el vecindario, al verlo, alertó a la policía municipal, que ordenó la paralización de la tala. 38 árboles ya habían sido eliminados, a pesar de que, tal y como se comprobó ayer, ni la Junta Municipal de Distrito ni la comisión de seguimiento de las obras de la citada vía verde, en la que se encuentra la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid (FRAVM), tenía conocimiento de la actuación.

AFAO, que organizó la protesta en el mismo lugar de la tala con el apoyo de las asociaciones vecinales San Roque y Plus Ultra, ha exigido al concejal del distrito, a la Gerencia de Obras y a la Gerencia de Medio Ambiente municipales una aclaración convincente de lo ocurrido y la implantación de medidas concretas que garanticen que los terrenos de la Vía Verde se convertirán en un espacio donde los árboles sean los auténticos protagonistas y los vecinos y vecinas puedan gozar de su presencia. Según Julián Moreno, “nunca es fácil justificar la desaparición de un árbol; sólo en el caso de que se demostrase fehacientemente que el mismo se encuentra gravemente enfermo y supone un riesgo para la integridad física de las personas, estaría justificada. Si todo lo anterior es extremadamente grave, lo que lo hace aún más es que se haya producido en el espacio destinado a la Vía Verde de la Gasolina que, una de las reivindicaciones socialmente más queridas y defendidas por todos los vecinos en los últimos 20 años. ¿No es muy extraño que, repentinamente, 58 árboles de diferente edad, diámetro, especie y morfología se pongan enfermos a la vez?¿Cómo es posible que se talen estos árboles, que estaban ubicados en zonas que no afectaban en absoluto al normal desarrollo de la obra de la Vía Verde?”, insiste Moreno, que pide que se aplique la legislación vigente, en virtud de la cual una tala injustificada ha de ser compensada con la plantación de nuevos árboles.

Tras la lectura de un comunicado de protesta y antes de disolver el acto, las más de 300 personas que se concentraron ayer discutieron en una asamblea improvisada qué medidas adoptar ante lo que consideran un auténtico atentado ecológico. Se da la circunstancia, además, de que gran parte de los árboles destruidos fueron comprados y plantados en su día por los propios vecinos y vecinas.

La construcción de la Vía Verde es una conquista del movimiento vecinal, que hace más de veinte años inició una ardua batalla para lograr que la antigua “vía de la gasolina” por la que transitaban los camiones que transportaban el combustible al aeropuerto de Barajas se convirtiera en una vía verde para favorecer el equilibrio medioambiental de la ciudad y mejorar la “habitabilidad” de los espacios urbanos.

La propuesta vecinal fue finalmente aceptada por el Ayuntamiento, que aprobó la construcción de una alameda que contará con más de 24.000 metros cuadrados, 1.200 árboles (camelios, catalpas, pinos, plátanos y cedros), 24.000 arbustos y un carril bici que conectará con el Anillo Ciclista de la capital.

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