Bajo los opulentos rascacielos de la salida norte de La Castellana se levanta hoy un barrio modesto, de gente sencilla, pero conformado por viviendas y equipamientos más que dignos. Pero esto no siempre fue así. En los años setenta del siglo pasado, La Ventilla-Almenara se dibujaba como un mar de casitas bajas y chabolas, callejas de tierra y marañas de cables. Hicieron falta decenas de manifestaciones, denuncias, asambleas, cortes de carretera, años y años de batalla de sus habitantes, con las asociaciones vecinales a la cabeza, para conseguir el marco habitable que actualmente conocemos. La remodelación de La Ventilla-Almenara, junto a otras conquistas ciudadanas como la rehabilitación de la Casa de Baños del Tetuán, la conservación del antiguo Hospital de Maudes o la supresión del molesto “scalextric” de Cuatro Caminos forman parte de la exposición “40 años de acción vecinal” que el próximo 13 de septiembre se abre en el Centro Cultural Eduardo Úrculo. Tras recorrer Coslada, Fuenlabrada, Leganés, San Fernando de Henares y los distritos capitalinos de Chamartín, Hortaleza, Moratalaz y Puente de Vallecas, la muestra de fotografías, una iniciativa concebida por la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid (FRAVM) para celebrar las cuatro décadas de historia del movimiento ciudadano, llega a Tetuán. El martes 13, la concejala del distrito, Paloma García Romero, y el presidente de la FRAVM, Nacho Murgui, junto a una buena representación de las asociaciones vecinales de la zona, serán los encargados de inaugurar el evento en un acto que tendrá lugar a las 19h en el citado centro cultural. La exposición, que contará con paneles específicos sobre la historia local del movimiento ciudadano, podrá visitarse hasta el 29 de septiembre en horario de 9h a 21h de lunes a viernes y los sábados de 10h a 14h.
La muestra “40 años de acción vecinal”, cuyo contenido íntegro puede visitarse en el sitio web www.memoriavecinal.org, es un proyecto conjunto de la FRAVM y la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona (FAVB) que, priorizando los soportes digitales, tiene como objeto recuperar la memoria ciudadana y celebrar una historia muy poco documentada. En 1968, al amparo de la Ley de Asociaciones del régimen franquista, se legalizó la primera asociación vecinal. Tal reconocimiento daba cobertura legal a una forma de organización ciudadana que, sorteando las dificultades impuestas por una rígida vigilancia policial, se había extendido en los barrios y municipios de la región. Ilegalizados los partidos políticos y los sindicatos situados fuera de la órbita del régimen, el movimiento vecinal se convirtió en cauce para expresar las demandas populares. Éstas tenían que ver con las precarias condiciones de vida impuestas por un acelerado y caótico proceso de industrialización y por una Administración plegada a intereses especulativos, como con el reconocimiento de los derechos y libertades de ciudadanía y el establecimiento de un régimen democrático. Hoy, 40 años después, no sólo Puente de Vallecas sino toda la región está sembrada de huellas de la labor de las miles de personas anónimas que, durante este tiempo, han trabajado de forma desinteresada por construir una comunidad más habitable y humana. Huellas como parques, viviendas de protección pública, centros culturales, colegios, estaciones de metro, fiestas populares,…que, aunque las veamos a diario, casi siempre desconocemos que detrás de su existencia se halla el empuje de las asociaciones vecinales.
1.200 imágenes (de estas huellas) esbozan en la exposición la trayectoria del movimiento ciudadano en Madrid, un movimiento que, lejos de realizar un ejercicio de nostalgia, con la muestra persigue poner en valor una historia muy poco conocida con la mirada puesta en el futuro.