Tras el paseo por el interior del antiguo penal, donde pudieron comprobar “las irregularidades que se están cometiendo en las obras de demolición, y que continúa la presencia de personas viviendo en sus dependencias”, los manifestantes abandonaron el lugar de manera pacífica y recogieron el campamento de protesta que las asociaciones vecinales tenían instalado desde el viernes.
Según un comunicado que se leyó uno de los portavoces de la Plataforma al final de la manifestación, “la cúpula de la cárcel de Carabanchel se ha convertido en un símbolo de la lucha por la memoria de lo que fue la represión del régimen cruel y fascista de Franco, y del recuerdo de los cientos de miles de víctimas que lucharon por la libertad y la justicia social. Paradojas de la historia, esta cúpula ha cambiado por completo su significado: De ser el centro de vigilancia de los presos que abarrotaban la cárcel, se ha convertido en el centro de las miradas de la población y opinión pública española e incluso mundial, y una prueba simbólica de la voluntad para respetar la memoria histórica de nuestro país”.
La Plataforma subrayó que “a esta petición se han sumado de manera entusiasta otras asociaciones de ex-presos políticos y sociales, asociaciones en defensa de la memoria histórica, sindicatos y la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid. Y ha sido apoyado por multitud de personas de diversos ámbitos de la vida cultural y social, y por instituciones como la del Defensor del Pueblo o el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid”.
“Pero -recordaron- el Gobierno de Rodríguez Zapatero ha sido insensible a esta petición, que además es similar a la defendida por el PSOE en la campaña electoral por el hoy ministro Miguel Sebastián. Ha preferido despreciar la memoria de las víctimas, y plegarse a las presiones de los herederos de los verdugos, de los que quieren hacernos olvidar la historia. Rubalcaba y Gallardón se comprometieron a desarrollar una operación especulativa con los terrenos, a través de un protocolo de intenciones, que dejaba abierta la posible modificación. Pero, a pesar de que el mantenimiento de la cúpula supone menos de un 1% del suelo, el gobierno ha cedido finalmente a las presiones del alcalde de Madrid, y en este fin de semana, a los ojos de todo el mundo, ha comenzado, de manera vergonzante y precipitada, incluso con severos riesgos laborales, la demolición de este símbolo de la memoria histórica. El Gobierno está enterrando su dignidad histórica precisamente entre los escombros de esta cúpula, y la historia será muy severa con ellos”, indicaron.