La FRAVM y los vecinos de Centro insisten en la reducción del horario de cierre de los bares

La FRAVM confía en el efecto ejemplarizante de la sentencia que condena al propietario de un bar por un delito contra el medio ambiente, en la modalidad de contaminación acústica y recuerda al Ayuntamiento que las entidades vecinales del distrito Centro reclaman la reducción del horario de cierre de los bares

La FRAVM y los vecinos de Centro insisten en la reducción del horario de cierre de los bares
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A pesar de que el distrito Centro está declarado Zona de Actuación Acústica, el nivel de ruido que soportan sus vecinos ha crecido en los últimos siete años hasta alcanzar cotas intolerables. Por todo ello, representantes de la A.V. Justicia, A.V. Chueca, A.V. Malasaña, A.V. Ópera-Austrias, A.V. La Corrala, A.V. Barrio de las Letras, todas ellas del distrito Centro y la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid (FRAVM) pidieron, hace unas semanas, al alcalde de Madrid la reducción de los horarios de cierre de los locales de ocio nocturno de Centro al amparo de la Orden 1562/1998 de 23 de octubre de desarrollo de la Ley 17/1997 de 4 de julio de Espectáculos públicos y Actividades recreativas de la Comunidad de Madrid.

Las entidades ciudadanas denuncian que, pese a vivir en un ámbito declarado Zona de Actuación Acústica, siguen padeciendo la mayor concentración de actividades de ocio nocturno sin el debido control por parte de las autoridades administrativas. Esta situación, añaden, se ha agravado con la ampliación encubierta -Orden de 21 de diciembre de 2004-, por parte de la Comunidad de Madrid, de un máximo de 45 minutos de los horarios de cierre de los establecimientos de ocio nocturno, con la débil excusa de disminuir la contaminación acústica, una orden que colisiona con los establecido en la Ordenanza del Ruido y de la Contaminación de la Atmósfera por otras Formas de Energía, aprobada por el Pleno del Ayuntamiento de Madrid el 31 de mayo de 2004, donde se insta a desconectar los equipos de reproducción sonora 30 minutos antes del horario autorizado de cierre, una medida apoyada por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid cuando desestima la suspensión cautelar solicitada por la Asociación Empresarial de Hostelería de la Comunidad de Madrid, La Viña.

A pesar de las medidas adoptadas, el problema de ruido ha ido a más y supera con mucho los límites acústicos que marca el Decreto 78/1999 de Protección contra la Contaminación Acústica de la Comunidad Autónoma de Madrid. De hecho, según el Estudio de la evolución de la contaminación acústica en el Distrito Centro, dado a conocer por el Departamento de Control Acústico del Área de Gobierno de Medio Ambiente y Servicios a la Ciudad el 10 de febrero de 2006, el ruido que sufren los vecinos de Centro no ha mejorado sino que, incluso se ha agravado, en los últimos siete años, lo que, en opinión de los vecinos de Centro, “inhabilita a las claras las actuaciones del Ayuntamiento para el control de la contaminación acústica que provoca el ocio nocturno”. Prueba de ello es el hecho de que la práctica totalidad de denuncias registradas en la Oficina de Atención al Ciudadano se refieren a las actividades de ocio nocturno.

“El nivel de incumplimiento de la Ley en estas zonas –denuncian las entidades vecinales- es de tal calibre que los propios responsables policiales encargados de la vigilancia y control de esas actividades reconocen la alarmante falta de medios humanos y económicos para ejercer su trabajo, especialmente en el turno de noche. Es de justicia que el Ayuntamiento inicie el expediente y en aplicación de los datos objetivos de que dispone se reduzcan los horarios de cierre del ocio nocturno. Desde el movimiento vecinal se han aportado propuestas y esfuerzos para resolver el problema, desde la constitución de una Mesa del Ocio hasta la presentación de un Plan de Reconversión del Ocio Nocturno como paso previo e imprescindible para acometer un nuevo modelo de ocio. Estos esfuerzos no se han visto acompañados por el Ayuntamiento que es a quien corresponde defender los derechos de los vecinos. Así las cosas, no es de extrañar que Madrid sea la capital más ruidosa del mundo”.

Por todo ello instan, al amparo de la Orden 1562/1998, de 23 de octubre, del Consejero de Presidencia y de varias sentencias del Tribunal Supremos citadas, al Ayuntamiento de Madrid a que reduzca el horario de los locales de ocio nocturno para garantizar el derecho a la salud, al descanso y a una convivencia armoniosa de los vecinos del ámbito. “Confiamos –concluyen los representantes vecinales- que esta tercera ocasión sea la definitiva para conseguir que miles de ciudadanos del centro de Madrid recuperemos los derechos fundamentales que nos corresponden. En caso contrario, acudiremos a los tribunales nacionales e internacionales”.

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