El Plan de Calidad del Aire de la Ciudad de Madrid 2011-2015, sometido a información pública nace, a juicio de la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM), de una evaluación demasiado optimista de la situación de partida, rebajado de facto, jalonado de temores y envuelto en un halo de incertidumbre debido a la escasa voluntad política de priorizar la calidad del aire en un escenario marcado por las restricciones presupuestarias.
En las alegaciones al documento que la organización ciudadana ha elaborado subraya que el plan se erige sobre “una evaluación demasiado condescendiente de la situación de partida”, caracterizada, según el Ayuntamiento, por unos niveles de dióxido de azufre, monóxido de carbono y plomo “muy inferiores a los exigidos en la normativa vigente”. Lejos de esta triunfalista valoración, los datos señalan que en 2011, a pesar de la contracción de la actividad debida a la crisis económica, se produjo un empeoramiento de los índices respecto de 2010: el pasado año, la media de NO
El nuevo plan elaborado por el Ayuntamiento contempla 70 medidas de muy distinta índole y alcance o, más bien, 69, a la que podríamos añadir unano medida: la renuncia a penalizar a los turismos más contaminantes toda vez que “afectarían a una mayoría del parque circulante y por tanto tendrían un coste económico y social del todo desproporcionado”. Las autoridades municipales han declarado, además, que congelan o merman el alcance de las medidas relativas a la peatonalización y al plan ciclista, todo lo cual hace rebajar las expectativas que cabe albergar sobre el PCA.
De las 69 restantes, apenas una veintena tienen verdadero calado y, desde luego, faltan otras muchas. Algunas de las que la FRAVM ha solicitado que se adopten, son:
– Una auditoría realizada por un foro de expertos independientes sobre la necesaria reestructuración del mapa de estaciones de la red de vigilancia de la calidad del aire.
– El aumento de la dotación de unidades móviles del sistema de vigilancia en zonas más sensibles tales como hospitales, colegios, residencias de la tercera edad… y también en los barrios más próximos a focos de emisión como las autovías o los aeropuertos de Barajas y Cuatro Vientos.
– Desarrollo por Madrid Salud de un programa de estudios especializados sobre las consecuencias e impactos de la contaminación existente en la ciudad sobre la salud de la población.
– Crear una mesa municipal de calidad del aire que sirva de lugar de encuentro del Ayuntamiento con el tejido social organizado para debatir, consensuar las medidas y, en ese caso, informar y concienciar conjuntamente a la ciudadanía.
– Integrar los malos olores en el concepto de contaminación atmosférica y elaborar un plan específico de erradicación de los malos olores producidos por el vertedero y la incineradora de Valdemingómez.
– Aplicar una política restrictiva del aparcamiento en el interior de la M-30 basada en el SER.
– Crear una red de aparcamientos disuasorios situados fuera del perímetro de la M-40, tanto en los municipios de origen de los viajes como en las entradas a Madrid, vinculados a los puntos de intercambio modal, preferentemente las estaciones de cercanías y de metro.
– Declarar el eje La Latina-Puerta de Toledo-Tirso de Molina Área de Prioridad Residencial y extender este instrumento a otros ámbitos de la ciudad, especialmente a las zonas residenciales.
– Promover la peatonalización de las calles más allá de la almendra central de la capital al conjunto de la ciudad, dignificando además estas zonas. Peatonalizar, además, durante los domingos, la Gran Vía, algunos tramos de Alcalá, Recoletos-Prado…
– Dar prioridad a las bicis para normalizar este vehículo como medio de transporte, construyendo carriles específicos en vías de mucho tráfico y completando la red ciclista. La FRAVM pide, asimismo, que se creen aparcabicis en edificios oficiales y que se regule el acceso de las bicis al metro, tren y autobuses.
Abandono definitivo de proyectos como el cierre de la M-50 por el monte de El Pardo y la nueva radial R-1. En su lugar, demandamos la ejecución de las plataformas reservadas para autobuses en todas las carreteras de acceso.
– Limitación de la velocidad a 80 km/h en el interior de la M-40, al menos en las horas de más tráfico.
– Revisión de la imposición fiscal a fin de gravar más a los automóviles más contaminantes.
– Limitación del incremento anual del precio de los billetes de modo que no agote el incremento previsto del IPC.
– Gratuidad del transporte público para la población desempleada y para los escolares menores de 12 años.
– Creación o finalización de nuevas zonas verdes urbanas, tales como la Casa de Campo del Norte, el parque de Valdebebas, la Cuña de O´Donnell, el parque de la Gavia…
